Image: Un pequeño museo para grandes escritores

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Letras

Un pequeño museo para grandes escritores

El Centro de Arte Moderno abre una exposición permanente con objetos de Borges, Bioy Casares, Cortázar, Onetti, Piglia...

21 septiembre, 2010 02:00

Las gafas de Juan Carlos Onetti.

La pasión literaria de Claudio Pérez Míguez es tenaz y no se ciñe a los libros. Va mucho más allá. El Centro de Arte Moderno de Madrid, espacio que dirige, acaba de abrir una exposición con más de treinta objetos ("afectivos", reza su título) de diversos escritores del orbe hispánico. ¿Fetichismo? "No", aclara, "es simplemente una muestra de sensibilidad hacia piezas y documentos que acompañaron a autores que, desde nuestra condición de lectores, consideramos personas muy cercanas o incluso amigos".

La nacionalidad argentina de Pérez Míguez tiene su peso en la exposición. Él, de hecho, tuvo una fluida relación con Borges en los últimos cuatro años de vida del autor de El aleph. De esa amistad dan cuenta valiosos (más en el plano emocional y literario que económico) regalos, que ahora pueden contemplarse en su centro madrileño. Un ejemplo es un volumen de El libro de arena en hebreo. "No es antiguo, ni tampoco una primera edición. Su valor estriba en el hecho que era el único ejemplar de un libro suyo que Borges tenía en su casa, porque a él no le gustaba guardar sus propios títulos, pero éste le debió de parecer especial", explica.

Con Bioy Casares también tuvo trato frecuente. Fue el propio Borges quien los presentó. Del autor de La invención de Morel conserva dos sombreros con su propio sello en el forro interior, y una cuartilla en la que consta la reserva de una mesa en el Hotel Continental de París, de la época en que acompañado por su mujer, Silvina Ocampo, fueron a ver a su nieto recién nacido en la capital gala. Julio Cortázar también asoma en el Centro de Arte Moderno: hay un reloj de arena que le acompañó durante casi toda su vida. "Es algo que se puede rastrear en fotografías suyas en las que aparece con él en diversas épocas", señala Pérez Míguez.

Otra vaca sagrada de la literatura del cono sur presente en el museo es Onetti. Hay unas gafas suyas, aparatosas, y un par de ceniceros bastante maltratados por la lluvia de colillas que apagaba sobre ellos. Son de dos marcas comerciales, Petrus y Larssen, nombres que, curiosamente, aparecen en las novelas del autor uruguayo El astillero y Juntacadáveres . De Ricardo Piglia se puede ver un programa de cine negro anotado por él y de Antonio Muñoz Molina, la pluma con la que escribió los manuscritos de Ardor guerrero y Plenilunio.

La muestra ha nacido con vocación de permanencia, lo que no significa estatismo. "Queremos ir poco a poco ampliándola con nuevos objetos de más escritores e ir sustituyendo las que se pueden ver ahora por otros, para que no resulte anodina después de verla varias veces", remata Pérez Míguez.

Pequeño Museo del escritor (Centro de Arte Moderno). Galileo, 52. 28015 Madrid. Visitas: De lunes a viernes, de 10 a 14 h. y de 17 a 21 h. Entrada libre y gratuita