Image: Ángeles Caso

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Letras

Ángeles Caso: "España huele a desánimo y a miedo al futuro"

"España huele hoy a desánimo y a miedo al futuro"

3 junio, 2011 02:00

Ángeles Caso, por Gusi Bejer

Pregunta. Reconózcalo, ¿su libro es el retrato de una mitómana? Respuesta. Sí, soy una mitómana. Cuando viajo, no sólo visito las casas de la gente a la que admiro. También sus tumbas. Suelo llevarles flores. Y creo que lo saben y me lo agradecen... P. ¿Qué sensación se llevará el lector después de visitar estas casas? R. Creo que el libro ha terminado por ser melancólico. Incluso triste si pensamos en lo que casi todos esos hombres y mujeres tuvieron que sufrir por tener un pensamiento libre y comprometerse con la lucha por un mundo más justo. P. ¿Por qué estos siete? R. Todos me interesaban como escritores y como personas, y me permitían hacer un recorrido desde el XVI hasta el XX, y por paisajes y formas de vivir el hogar diferentes. P. Se detiene en 1939: ¿la casa de qué autor actual español quisiera retratar? R. Ay, qué pregunta... La de algún buen amigo. Las de Fernando Delgado o Javier Montes, por ejemplo. Pero no creo que a ellos les gustara que anduviera contando cómo viven, así que nunca lo haría. Y esto me hace pensar en el poco respeto que solemos sentir por la intimidad de los muertos. P. ¿Qué casa preferiría no pisar jamás? R. La de Céline, un tipo moralmente repugnante, aunque fuera un gran escritor. Estoy segura de que en su casa tiene que haber muy malos efluvios. No creo que se pueda pasar por la vida siendo cómplice de tanto sufrimiento sin dejar un rastro asqueroso. P. ¿Es el de Jovellanos su capítulo preferido? R. Sí. Fue muy emocionante volver a esa casa, a la que había ido muchas veces de pequeña. Y recordar a mi padre, un gran especialista en Jovellanos.  P. Ahora que le menciona, ¿qué debe a su padre como escritora? R. Todo. Fue él quien me transmitió la pasión por la literatura y el respeto a las palabras y al pensamiento. Detesto que el uso tan poderoso de las palabras se convierta en algo banal. P. ¿Qué le sorprendió más de la pensión segoviana de Machado? R. La modestia con la que vivía. Fue lo más lejano a un impostor. Y eso, en el mundo literario, donde tanta gente escribe de una manera y se comporta de la contraria, es muy emocionante. P. ¿De la casa de Lorca? R. La alegría. P. En el libro recuerda los destrozos sufridos por las casas Museo de Cervantes o Jovellanos ¿por qué nos ha importado tan poco nuestro patrimonio? R. Sí. Duele pensar en el poco respeto que hemos tenido por la arquitectura del pasado. Durante décadas, en cuanto se podía tirar algo y hacerlo nuevo -y horrible- se hacía. P. Evoca la pestilencia del Madrid del siglo de Oro: ¿a qué huele hoy? R. En este momento, a la rebeldía de la Puerta del Sol. Estoy entusiasmada con esos jóvenes. P. ¿Y España? R. Salvo por ese movimiento, huele a desánimo y a miedo al futuro. El panorama es bastante desolador. P. ¿Cómo se lleva con el ebook, twitter, facebook...? R. Bien. Me gustan muchas de las cosas a las que nos permiten acceder las nuevas tecnologías. Pero procuro utilizarlas sólo en la medida en que me facilitan la vida. No soy una entregada a la causa.