Image: Bon Nadal, míster Pombo

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Letras

Bon Nadal, míster Pombo

El veterano escritor se alza con el Premio Nadal con su novela El temblor del héroe, un retrato de la lucidez y la senectud

6 enero, 2012 01:00

Álvaro Pombo tras recoger el Premio Nadal 2012. Foto: Quique Garcia.

El Premio Nadal se da lustre este año con la elección de Álvaro Pombo (Santander, 1939) como ganador de su 68° edición. El veterano escritor, una de las voces más personales del panorama narrativo español, se ha alzado con el prestigioso galardón, el más antiguo que se concede en nuestro país, gracias a su novela El temblor del héroe. El fallo se ha hecho público tras la tradicional cena de Reyes organizada por la editorial Destino en el Hotel Palace de Barcelona. En total, Pombo se embolsará 18.000 euros.

La novela ganadora centra el foco en la figura de un profesor universitario jubilado, un hombre al que los años le han ido carcomiendo las ilusiones y las certidumbres sobre su papel hacia los demás en este mundo áspero. Un mundo que, a sus ojos, se ha convertido en un yermo donde campan el engaño, la manipulación y la insensibilidad hacia el dolor y la fragilidad ajena. Este docente asiste a ese cataclismo resignado, incapaz de reaccionar.

El temblor del héroe trasluce un pesimismo existencial propio de una persona que llega al final de sus días y las ganas de sacarle partido a ese ocaso flaquean. Pombo realiza un retrato de la senectud marcada por la lucidez, la de un profesor que envejece pero que no por ello pierde la facultad y el deseo de entender lo que ocurre a su alrededor, aunque no lo comparta en gran medida. De fondo, laten esos valores cristianos (los del Concilio Vaticano II, no los de la ortodoxia católica) que profesa el autor de Contra natura.

En su ya extensa obra, en la que domina la narrativa, pero en la que también se encuentran incursiones en el terreno poético (Los enunciados protocolarios, Protocolos para la rehabilitación poética del año en curso...) siempre existe un sustrato filosófico, eso sí, desleído en la trama para no resultar cargante. No en vano, su formación académica es filosófica. Es licenciado en Filosofía por la Universidad Complutense y Bachelor of Arts en esta disciplina por el Birkbeck College de Londres.

En esta ciudad vivió entre 1966 y 1977. Volvió a España con la intención de hacerse escritor. Y lo consiguió, poco a poco. Apoyado en la confianza Jorge Herralde y su editorial Anagrama se fue haciendo camino. En 1983 ganó el Herralde de Novela con El héroe de las mansardas de Mansard. Pero fue en 1990 cuando recibió el espaldarazo más sólido a su carrera. Ese año recibió el Premio de la Crítica por El metro de platino iridiado. En 2004 ingresó en la Real Academia Española, con la intención de luchar contra "el chapapote lingüistico". Y en 2006 su novela La Fortuna de Matilde Turpin le valió el Premio Planeta. Aunque quizá la novela suya que más ha dado que hablar ha sido Contra natura, donde deja cifrada su visión de la homosexualidad, bastante ajena a fastos y oropeles. En los últimos años ha irrumpido en política, de la mano Rosa Díez y Unión Progreso y Democracia, partido por el que se presentó como candidato al Senado en las últimas elecciones generales.

Álvaro Pombo toma el relevo este año de Alicia Giménez Bartlett, que ganó el Nadal en su edición anterior con Donde nadie te encuentre, una truculenta historia del maquis. El jurado que le ha seleccionado entre las 313 novelas presentadas ha estado formado por está formado por Germán Gullón, Lorenzo Silva, Andrés Trapiello, Ángela Vallvey y Emili Rosales.

Por otra parte, el Josep Pla (la versión catalana del Nadal, digamos) ha ido a parar a manos del periodista Rafael Nadal por Quando éram feliços (Cuando éramos felices), una novela de tintes autobiográficos en la que destila pasajes de su infancia en Gerona, ciudad donde se crió en el seno de una familia numerosa de 12 hermanos.