Image: Fernando Savater: Ya no doy lecciones, ahora intento divertir

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Letras

Fernando Savater: "Ya no doy lecciones, ahora intento divertir"

El filósofo y escritor ha sido galardonado con el Premio Primavera por su obra Los invitados de la princesa

29 febrero, 2012 01:00

Fernando Savater. Foto: Santi Cogolludo.

Fernando Savater cada vez se lo pasa mejor escribiendo novelas. Es su truco: se divierte para divertir. Y para cerrar el círculo de la felicidad literaria, luego ve cómo sus libros son galardonados con algunos de los premios más relevantes de nuestras letras. Ahora se acaba de llevar el Premio Primavera de Novela, concedido por Espasa Calpe y Ámbito Cultural y dotado con 200.000 euros. Lo ha hecho con Los invitados de la princesa, una obra de trama entre disparatada y bufa en la que despliega buena parte de sus filias y sus fobias, sólo cuatro años después de ganar el Planeta.

"Ya he escrito demasiados libros con teorías, de divulgación filosófica e ideas. Es algo que sigo haciendo en los periódicos y en conferencias. Así que cuando escribo una novela ya no quiero dar lecciones", explica a elcultural.es poco después de hacerse público el fallo del premio. Los invitados de la princesa es un popurrí de géneros, entre los que no podían faltar los venerados por el pensador vasco: el policiaco y el fantástico. "No puedo evitarlo: siempre que se me ocurre un argumento deriva hacia la fantasía".

La historia acontece en una isla, llamada Santa Clara (un guiño a la que preside la Bahía de la Concha de San Sebastián, su ciudad natal). Allí los chefs de cocina son una especie de gurús instalados en la cúspide de la pirámide social. Venerados y ensalzados por todos sus habitantes. El culto a la gastronomía prevalece y monopoliza la vida cultural de la isla. No puede ser más manifiesta la crítica de Savater al reconocimiento público desmedido del que gozan hoy día un selecto club de cocineros. "Es que se les trata como si fueran artistas del renacimiento", sentencia con cierta contrariedad.

Para matizar ese monopolio, 'la princesa', que así llaman los isleños a su presidenta, decide darle una oportunidad a otras áreas creativas. Se le ocurre organizar un congreso de escritores, a los que convoca en su isla. Y cuando están dentro, se quedan atrapados, como consecuencia de la erupción de un volcán. "Algo parecido me sucedió a mí cuando estalló el volcán islandés ese y andaba cerca de Milán en un encuentro literario. Tampoco podía volver a España". El suceso geológico provoca una convivencia inevitable que da pie a todo tipo de tensiones y conflictos, incluido el intento de secuestro del premio Nobel por parte de un grupo terrorista, "medio jubilado, medio en activo", que opera en Santa Clara.

Esa compañía forzosa recuerda a lo que ocurre en el Decameron, donde un grupo de jóvenes se refugian de la peste en una villa florentina, y en Los cuentos de Canterbury, donde es la peregrinación hacia el templo de Santo Thomas Beckett la que une a los protagonistas. Y de ahí la dedicatoria del comienzo de la novela tanto a Bocaccio como a Chaucer, los maestros que han inspirado a Savater a la hora de tejer la narración de Los invitados de la Princesa, la novela escogida por un jurado presidido por Ana María Matute, que no pudo asistir al fallo, y compuesto también por Antonio Soler, Ángel Basanta, Ramón Pernas, Ana Rosa Semprún y Miryam Galaz, como secretaria sin voto.