Image: Poemas inéditos de Leopoldo María Panero

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Letras

Poemas inéditos de Leopoldo María Panero

La editorial Huerga y Fierro facilita a El Cultural tres poemas de los 58 que componen el poemario inedito, y ya póstumo, de Leopoldo María Panero, Rosa enferma.

6 marzo, 2014 01:00

Leopoldo María Panero. Foto: Carlos Alba

"Me autodestruyo para saber que soy yo y no todos vosotros"
Artaud

"El objeto del psicoanálisis no era el pan sino el bollo aquel del que hablaba una reina en tiempo de hambre"
Lacan

"Me enamoré de Cleobulo el de los dulces blancos ojos y estoy loco y no estoy loco y deliro y no deliro"
Anacreonte


III

Cuando la luna se enciende en el verso
Lloran los ladrones y una red cae al suelo
Componiendo un ruido como de cristal
Qué vana es la caída, digo al verso
Qué vano es el Cristal de Bohemia masticado en la boca
Qué vano el caballo hípico que cabalga sobre las tumbas
Rezándole a la nada
Sartre lo dijo y yo lo leí en la cárcel en clase de matemáticas
"La nada corroe al ser como un gusano"
Y allí supe por boca de mi madre mallamada Felicidad
Que el hombre volverá a reinar sobre la nada
Y la nada enseñará a los hombres su mano
Que tiene el rostro pálido de la locura
Y el temblor del verso
Y el temblor del sexo diminuto de las hadas que aún no sangran


IV

En cuanto a la papilla rudimentaria de la metafísica
En efecto "El hombre es una pasión vil", Spinoza lo dijo
El hombre es sólo un ser ruin del que no habla la filosofía
Un ser que teme a sus equívocas manos
Herido por la lógica
Harto de hablarle a la nada con susurros
"Y escribo estos versos para que vuelvan los Dioses"
Ricardo Reis lo dijo plagiando a Pessoa mientras ladraba un perro
"Quién anduvo entre la violeta y la violeta"
Eliot lo dijo, y el mismo perro comentaba sus versos
Que decían que el hombre es pastor de la nada
Y la poesía conforma un sepulcro para llorar tan solo
Zumo de rosas demacradas
Qué más da una lírica tiniebla en vano
Una pesadilla a la que rezan los hombres
Heidegger decía -y no sé por qué lo sé- que el hombre es pastor del ser
Pero yo digo que el hombre es pastor del excremento
Y señor solo de la rabia
Y habitante único del salmo
Hecho para llorar tan solo
Y yo adoro sólo a la sílaba desnuda del versículo
Desnudo como la mentira
Como el silencio
Mientras un ruiseñor cae sobre la página
Y los pájaros gritan: Scardanelli, Scardanelli
Y ya no hay nada aquí, sino el renglón desvaído
La página desangrada y para nadie
Porque el único señor con corona
Es la espuma de la copa
"La marea de la copa", como dijera un Kenningar islandés.


VI

Lo que promulga el psiquiatra jefe de este manicomio
Ya la página lo dice, qué oscuro es la mortalidad retrasada
Qué terrible la vida que nada sabe del hombre
Porque el hombre se arrodilla sin remedio ante la página llorando
Y escupe contra el hombre
Y dibuja líricamente en un árbol la silueta del colgado antes de colgarse
El temblor oscuro del sepulcro
Que está hecho no para los hombres
Sino sólo para el silencio y la ruina
Y para la buena nueva del desastre
Para el terror gótico de estar vivo como un ángel
Por eso la poesía es el camino de la oruga
Que hablará de mí a los hombres
Cuando esté muerto
Cuando un caballo recorra las páginas
Y anuncie a los hombres la buena nueva
De que ya no estoy solo
En la Santa Compaña del cierzo y del silencio