Image: ¿Sólo en el tiempo soy? ¿Sólo soy tiempo?

Image: ¿Sólo en el tiempo soy? ¿Sólo soy tiempo?

Letras

¿Sólo en el tiempo soy? ¿Sólo soy tiempo?

28 marzo, 2014 01:00

Octavio Paz. Foto: Ricardo Salazar

Una antología del poeta hecha por poetas. De distintas generaciones y estéticas, estos ocho poetas españoles han conformado, desde la admiración, esta pequeña antología de Octavio Paz que atraviesa toda su obra

J.C. Caballero Bonald elige poema

Cuarto de hotel V ¿Sólo en el tiempo soy? ¿Sólo soy tiempo? ¿Una imagen que huye de sí misma y está más lejos mientras más se acerca? ¿Soy un llegar a ser que nunca llega? Lo que fuí ayer -las nubes, la muchacha, y en recodo de cualquier momento la no invitada sombra de la muerte- no fué, no llegó a ser, no será nunca: ayer está pasando todavía y nunca acaba y nunca llega. “Después del tiempo”: pienso, “está la muerte y allí seré por fin, aunque no sea”. Mas no hay después ni hay antes y la muerte no nos espera al fin: está en nosotros y va muriendo a sorbos con nosotros. (de Puerta condenada)

Alvaro Valverde elige poema

HERMANDAD Homenaje a Claudio Ptolomeo Soy hombre: duro poco y es enorme la noche. Pero miro hacia arriba: las estrellas escriben. Sin entender comprendo: también soy escritura y en este mismo instante alguien me deletrea. (de Árbol adentro)

Vicente Gallego elige poema

LA CARA Y EL VIENTO Bajo un sol inflexible llanos ocres, colinas leonadas. Trepé por un breñal una cuesta de cabras hacia un lugar de escombros: pilastras desgajadas, dioses decapitados. A veces, centelleos subrepticios: una culebra, alguna lagartija. Agazapados en las piedras, color de tinta ponzoñosa, pueblos de bichos quebradizos. Un patio circular, un muro hendido. Agarrada a la tierra -nudo ciego, árbol todo raíces- la higuera religiosa. Lluvia de luz. Un bulto gris: el Buda. Una masa borrosa sus facciones, por las escarpaduras de su cara subían y bajaban las hormigas. Intacta todavía, todavía sonrisa, la sonrisa: golfo de claridad pacífica. Y fui por un instante diáfano viento que se detiene, gira sobre sí mismo y se disipa. (de Árbol adentro)

Elena Medel elige poema

HABLO DE LA CIUDAD (fragmento inicial) A Eliot Weinberger novedad de hoy y ruina de pasado mañana, enterrada y resucitada cada día, convivida en calles, plazas, autobuses, taxis, cines, teatros, bares, hoteles, palomares, catacumbas, la ciudad enorme que cabe en un cuarto de tres metros cuadrados inacabable como una galaxia, la ciudad que nos sueña a todos y que todos hacemos y deshacemos y rehacemos mientras soñamos, la ciudad que todos soñamos y que cambia sin cesar mientras la soñamos, la ciudad que despierta cada cien años y se mira en el espejo de una palabra y no se reconoce y otra vez se echa a dormir, la ciudad que brota de los párpados de la mujer que duerme a mi lado y se convierte, con sus monumentos y sus estatuas, sus historias y sus leyendas, en un manantial hecho de muchos ojos y cada ojo refleja el mismo paisaje detenido, antes de las escuelas y las prisiones, los alfabetos y los números, el altar y la ley (...) (de Árbol adentro)

J. A. González Iglesias elige poema

FELICIDAD en Herat (fragmento final) No tuve la visión sin imágenes, no vi girar las formas hasta desvanecerse en claridad inmóvil, el ser ya sin substancia del sufí. No bebí plenitud en el vacío ni vi las treinta y dos señales del bodisatva cuerpo de diamante. Vi un cielo azul y todos los azules, del blanco al verde todo el abanico de los álamos y sobre el pino, más aire que pájaro, el mirlo blanquinegro. Vi al mundo reposar en sí mismo. Vi las apariencias. Y llamé a esa media hora: Perfección de lo Finito. (de Ladera Este)

Erika Martínez elige poema

PIEDRA NATIVA (fragmento) La luz devasta las alturas Manadas de imperios en derrota El ojo retrocede cercado de reflejos Países vastos como el insomnio Pedregales de hueso Otoño sin confines Alza la sed sus invisibles surtidores Un último pirú predica en el desierto Cierra los ojos y oye cantar la luz: El mediodía anida en tu tímpano Cierra los ojos y ábrelos: No hay nadie ni siquiera tú mismo Lo que no es piedra es luz. (de Libertad bajo palabra)

Pere Gimferrer elige poema

PRÓJIMO LEJANO Anoche un fresno a punto de decirme algo -callóse. (de Ladera Este)

Carlos Bousoño elige poema

HIMNO ENTRE RUINAS donde espumoso el mar siciliano... Góngora Coronado de sí el día extiende sus plumas. ¡Alto grito amarillo, caliente surtidor en el centro de un cielo imparcial y benéfico! Las apariencias son hermosas en esta su verdad momentánea. El mar trepa la costa, se afianza entre las peñas, araña deslumbrante; la herida cárdena del monte resplandece; un puñado de cabras es un rebaño de piedras; el sol pone su huevo de oro y se derrama sobre el mar. Todo es dios. ¡Estatua rota, columnas comidas por la luz, ruinas vivas en un mundo de muertos en vida! Cae la noche sobre Teotihuacan. En lo alto de la pirámide los muchachos fuman marihuana, suenan guitarras roncas. ¿Qué yerba, qué agua de vida ha de darnos la vida, dónde desenterrar la palabra, la proporción que rige al himno y al discurso, al baile, a la ciudad y a la balanza? El canto mexicano estalla en un carajo, estrella de colores que se apaga, piedra que nos cierra las puertas del contacto. Sabe la tierra a tierra envejecida. (de La estación violenta)