Letras

Agua dura

Sergi Bellver

9 mayo, 2014 02:00

Sergi Bellver

Ediciones del Viento. La Coruña, 2013. 124 páginas, 14'50 euros

Desde el título de la antología, Agua dura, el escritor traza un cosmos desabrido de seres desdichados, unidos por una aceptación trágica del sino, pincelados con lirismo y sobriedad. En Sergi Bellver, su autor (Barcelona, 1971), late una estética propia y múltiple de abordar el relato y explotar todos sus recursos. Consigue la sensación de totalidad narrativa. Un mundo que principia y acaba en unas pocas páginas con el aroma de universo perfectamente delimitado. Así, la antología se sostiene más por cada parte, el relato, que por el todo del volumen, pese a que en el epílogo el narrador justifique la ilación por mero compromiso editorial. Bellver domina, sí, un estilo poético que es casi una estética de lo lacónico; en cada uno de los doce relatos nos sobrecoge el protagonismo de la soledad y del paisaje. De alguna manera, el fondo geográfico -más que humano- condiciona el verbo, la acción. Pareciese que el realismo mágico habitase, por ejemplo, en las vastas regiones del desierto o Islandia. Siempre con una materialidad casi fotográfica en la escritura.

Si la soledad tiene su armonía completa en la prosa de Bellver, la muerte adquiere la centralidad de los relatos; bien como suceso liberador, bien como forma imperfecta de venganza o como meta de una existencia que no ha sido más que un reflejo falaz del hecho de vivir. Sobre esta certeza casi esotérica de la muerte, en el libro se abordan vidas paralelas y ajustes de cuentas, aunque al final el joven escritor lo que propone es una consumada justificación del "Nuevo Drama". La temática, variada, nos conduce lo mismo a la captura de un nazi que se refugia en Brasil que a la desesperación de los campos de concentración. O al camino de imperfección de un hampón en Moscú.

Lo importante, la consagración de un narrador joven con voz y raza.