Image: El mundo deconstruido

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Letras

El mundo deconstruido

30 mayo, 2014 02:00

El lema de la Feria este año es Deletrear el mundo, porque gracias a los libros comprendemos que "cuando nombramos las cosas se hacen reales, y lo que no tiene nombre parece no existir. Deletrear el mundo evoca la posibilidad de empezar a mirar el mundo despacio". Ese es el propósito de los especialistas que iluminan en estas páginas algunas cuestiones esenciales de actualidad.

Es cuento largo: el libro esclarece cuestiones pendientes, azuza debates, niega certezas. Deletrea el mundo y nos lo aclara, incluso cuando trata temas tan conflictivos como el nacionalismo, la emigración o Europa. Los especialistas toman la palabra y nos recomiendan el libro que mejor explica su problema.

Europa

Pocos asuntos concitan hoy tanto interés como la construcción y el futuro de Europa, con el problema de Ucrania a sus puertas y el de la integración, pero, ¿hacia dónde va a Europa? Responden el historiador Charles Powell, director del Real Instituto Elcano, y el catedrático Julián Casanova.

Julián Casanova: Como hay una sólida base democrática en algunos países pero aparecen en otros muchos claros signos de descrédito de la política, de una cultura del enfrentamiento, de exclusión del otro, avanzamos hacia el final del sueño de una Europa unida, próspera, estable y civilizada, en la que, además, el Estado del bienestar, una de sus señas de identidad, sufre un acoso y derribo. El capitalismo, que parecía funcionar, con reglas establecidas, respetadas por los ciudadanos y gobiernos, está mostrando su cara más oscura y menos amable, la de la desigualdad, en nombre de los recortes y de la necesidad de estabilizar los mercados.

Charles Powell: A mi modo de ver, Europa no va hacia la hecatombe, ni la autodestrucción. La UE es más frágil de lo que pensábamos, básicamente por los defectos de origen en el diseño de la gobernanza económica, sobre todo (pero no solo) en lo referido al funcionamiento del Euro. Sin embargo, lo peor ha pasado. A corto plazo, la UE deberá concentrarse en fortalecer su cohesión interna, y en cerrar la brecha que se ha abierto entre el centro y la periferia. A medio plazo, seguramente optará por una integración diferenciada (o asimétrica), lo cual permitirá mayores niveles de integración a los países que la deseen. Más concretamente, el buen funcionamiento del Euro exigirá nuevas transferencias de soberanía, lo cual acentuará la distancia entre los países de la Eurozona y los demás.

Como lectura esencial, Powell recomienda The Choice for Europe, de Andrew Moravcsik, (Cornell U. P., 1998) y Casanova, La Europa negra, de Mark Mazower, (Ediciones B, 2001).

Nacionalismo

Ortega definía el nacionalismo como "el hambre de poder templada por el autoengaño", y ahora parece estar a punto de dinamitar la vieja Europa. Algo que cuestionan el catedrático Roberto L. Blanco Valdés y Arcadi Espada. Aunque, ¿cómo explican el resurgir nacionalista en la Europa de la integración?

Blanco Valdés: El proceso de integración europea ha generado un resurgir tanto de los nacionalismos estatales como de los infraestatales. Los primeros tienen que ver, probablemente, con el propio proceso de integración, que ha dado lugar a la transferencia de poderes y competencias desde los Estados a las instituciones comunitarias y que ha sido percibido por algunas naciones como un proceso de pérdida de autonomía política. Ese proceso se ha visto intensificado por la gravísima crisis económica, que ha hecho nacer en algunos lugares el espejismo de que fuera de Europa les hubiera ido mejor. Todo ello ha dado lugar a la aparición o al fortalecimiento de movimientos populistas, nacionalistas, que han encontrado en el antieuropeismo su principal bandera de enganche. La intensificación de los nacionalismos infraestatales tiene que ver con las condiciones específicas de cada país. No obstante, es fácil imaginar el inmenso lío que hubiera supuesto una construcción europea rea-lizada desde sus regiones, como, insensatamente a mi juicio, solicitan los nacionalismos.

Arcadi Espada: Hemos avanzado mucho en la lucha contra el cáncer, pero aún estamos lejos de dar con la solución. Hay que tener fundadas esperanzas de que la terapia génica ofrezca algún remedio, sobre todo por lo que respecta al tratamiento individualizado de la enfermedad. De todos modos tampoco cabe descartar que el cáncer sea consustancial a la vida y que por así decirlo nunca podamos vencerlo. Si no, como máximo, aplicarle diversas formas de control.

Espada sigue con la ironía y aconseja "evitar esos libros de farmacopea, que prometen soluciones mágicas a base de la negociación entre diversas hierbas", mientras Blanco Valdés elige La UE: suicidio o rescate., de López Aguilar (Tirant, 2013) y Paciencia e independencia de Francesc de Carreras (Ariel, 2014).

Emigración

Nunca nos ha golpeado con la frecuencia actual: cuando no hay un naufragio con cientos de víctimas frente a las costas italianas, es el penúltimo intento de asalto a las vallas de Melilla. Dos sociólogos especializados en el tema, Joaquín Arango y Alberto Riesco-Sanz, analizan si existe alguna solución viable a la parálisis europea y española ante el desafío emigratorio.

Joaquín Arango: Me temo que no. El número de personas dispuestas a jugarse la vida para lograr una mejor que hay en países africanos, en Asia y Oriente Medio es ilimitado, y es imposible disuadirlos. La idea de que una política europea podría evitarlo es una ilusión, porque no puede impedir que la gente lo intente. Lo único que cabe es tratar de reducir los tráficos marítimos y los costes humanos, tratar mejor a los que lo intenten. Por ejemplo, ningún país gasta tanto como Estados Unidos en blindar su frontera sur, sin éxito y con víctimas.

-¿Hasta cuándo el otro, sobre todo si tiene otro color o religión seguirá siendo sospechoso?
Alberto Riesco: Todos los estudios señalan que el radicalismo (por ejemplo, religioso) es minoritario entre las poblaciones inmigrantes en Europa y que lo que prima es el deseo de convivencia. Detrás de la sospecha hacia el emigrante se esconde no tanto una sospecha hacia el diferente, sino hacia el pobre. La integración de estas poblaciones no es pues sólo un problema de adaptación a nuestras costumbres y valores, sino también de reconocimiento de derechos por nuestra parte.

Para comprender el problema, Riesco sugiere La doble ausencia (Anthropos, 2010) de Abdelmalek Sayad. En castellano, dice Arango, no hay ninguna perla, y lo más cercano es Historia de las migraciones, de Massimo Livi Bacci (Alianza, 2012).

Fútbol

Aún no hemos superado la resaca de la Champion y ya estamos en la previa del Mundial de Brasil. Nunca tantos habían hablado tanto de fútbol. El escritor Vicente Verdú y Elena Medel, poeta, editora y madridista, disputan la palabra.

Elena Medel: Creo que los motivos que empujaron a Píndaro a cantar en sus odas no se diferencian en mucho de los motivos por los que hoy coreamos nombres y goles. Al final, celebrando el fútbol celebramos lo hermoso y lo bueno, la victoria y la épica, también la lírica de quien pierde en el último minuto. Disfruto del fútbol porque forma parte de mi memoria: cada triunfo del Real Madrid me conecta con triunfos pasados que significan, y que remueven.

Vicente Verdú: El fútbol proporciona la oportunidad de estar con mucha gente y compartir multiplicadas las emociones que son el alimento más inmediato y decisivo de la vida.

-¿Es el futbol hoy opio que nos adormece o una evasión necesaria en tiempos difíciles?
Verdú: Sólo a quienes no les gusta el fútbol o no lo entienden hablan de "adormecimiento". Es una pasión que se vive muy despierto, tanto por la viva condición del espectáculo como por su directa y cruda metáfora de la vida, sus accidentes, la lucha solidaria, el fracaso, la esperanza...

Para Verdú, el mejor libro que ha leído es el que él mismo escribió, El fútbol, mitos ritos y símbolos (Alianza, 1981) y "no es una arbitraria casualidad ni una bravuconería". En cambio, Medel recuerda de inmediato Adiós al fútbol, de Valerio Magrelli (Xordica, 2013).

Internet

Internet forma ya parte de nuestras vidas de una manera impensable sólo diez años atrás. Pero, aunque es un privilegiado foro de creaciones y egos, pocos entienden sus implicaciones como el especialista José Antonio Millán.

-¿Cómo transforma internet nuestra cultura y comunicación?
-Acelerándolas, aumentando la densidad de los intercambios en su seno, creando algunos elementos cualitativamente nuevos. Pero queda cultura al margen de Internet, y queda comunicación al margen de él. Afortunadamente...

-¿A quién debería de pertenecer los Big Data formados por el rastro que dejamos en nuestras interacciones digitales?
- Pertenecen a quienes saben acumularlos, descifrarlos y explotarlos, es decir: a un reducido grupo de corporaciones. ¿A quién deberían de pertenecer? Deberían servir al conjunto de la sociedad.

En cuanto al libro, Millán no encuentra otro mejor que la misma web, "el libro de un billón de hojas, la obra repartida por cientos de millares de servidores, que crece cada segundo".