Teresa de Jesús marca el camino
La Biblioteca Nacional inaugura la mayor exposición del V Centenario de Santa Teresa
11 marzo, 2015 01:00Andrea Vaccaro: Visión del collar
Dispuesta en orden cronológico, la muestra narra la vida de Teresa de Jesús a partir de su obra escrita. De este modo, las páginas de sus libros se abren al público, convirtiendo sus palabras en imágenes, y acompañando todo el recorrido con su pensamiento. Junto a las pinturas, grabados y esculturas, libros, documentos y autógrafos componen un total de 110 piezas que dan buena cuenta de la riqueza de su vida, su labor como fundadora y, sobre todo, de la originalidad de su obra literaria.
Recorriendo las salas se descubre su vinculación con importantes personalidades de la época, como el rey Felipe II o la duquesa de Alba. Su amistad con San Juan de la Cruz y la admiración que le profesaba Fran Luis de León, editor de sus obras y que, a pesar de todo, no llegó a conocer a la santa. El visitante se adentra en el mundo teresiano a través de su nacimiento e infancia, su entorno y sus primeros contactos con los libros. Tras esta etapa sucede su crisis física y emocional, la entrada en el convento y sus continuas lecturas de los padres de la Iglesia. La escritora, sus libros, la fundación de conventos y la extensión de su obra, son los siguientes escenarios, antes de llegar a sus últimos días y su fallecimiento en Alba de Tormes.
Las moradas, 1701
"El verso de Teresa de Jesús, La prueba de mi verdad, resume lo que pretende ser esta muestra sobre su vida y obra en la conmemoración del V centenario de su nacimiento", señala la comisaria. "El discurso de su vida marca el camino, y sus palabras ilustran ese transcurso vital que comienza un miércoles, 28 de marzo de 1515, y se apaga en octubre de 1582 para empezar a brillar desde entonces como ejemplo para todos". Publicadas por Fray Luis de León en 1588, algunas de las obras de Teresa de Jesús se convertirían en obligada referencia de la literatura mística de todos los tiempos."Toda la vitalidad y la gracia con que fueron escritos se ha conservado íntegramente en textos tan señeros como el Libro de la Vida, que es su autobiografía, en donde habla de su apasionante y turbadora experiencia mística, pero donde también da cuenta de su primera fundación, la del convento de San José de Ávila. El Libro de las fundaciones, en el que describe su inmensa labor reformadora, el Camino de perfección, con valiosos consejos para sus seguidoras, o las Moradas, donde concibe alegóricamente el alma como un castillo compuesto por siete aposentos en el centro de las cuales se funde aquella con Dios", declara Rosa Navarro.
No hay que perderse, advierte la comisaria, los autógrafos de la santa y el retrato que Rubens hizo de Teresa de Jesús que ha prestado el Museo Roitman de Rotterdam, "en el que aparece increíblemente bella", nos dice. De la colección de la Biblioteca Nacional pueden verse un ejemplar del Índice de libros prohibidos, un grabado de Durero o copias fundamentales de su epistolario. "Era una mujer especial y única, además de una escritora única, y su popularidad hoy es inmensa", añade.
Su muerte, en Alba de Tormes, cierra inevitablemente el recorrido por la vida y obra de una mujer difícilmente superable. "Santa Teresa murió en soledad, como todos los grandes", explica Navarro. Su salud empeora en 1582, aunque eso no le impedirá fundar en Burgos un último convento. Morirá la noche de 4 de octubre de ese mismo año.
La exposición, que podrá verse en la Biblioteca Nacional hasta el 31 de mayo, cuenta con el apoyo de Acción Cultural Española (AC/E).
Portada de la edición de Las moradas de 1701
Las cuatro esquinas
Son cuatro los libros esenciales que marcan la vida de la santa. Cuatro títulos sirven como pilares estructurales a los comisarios a la hora de dibujar un recorrido por su vida y obra y que ahora pueden verse, en sus diferentes ediciones, en la Biblioteca Nacional.Libro de la Vida. Hondo ejercicio de introspección y, a la vez, historia de una mujer religiosa, inteligente y lectora del siglo XVI. Da cuenta de sus experiencias místicas, pero también de la fundación de su primer convento de descalzas, el de San José de Ávila. La primera redacción, de 1562, se ha perdido. Teresa de Jesús empieza la segunda y definitiva redacción -la que hoy se conserva- hacia 1564.
Libro de las fundaciones. Escrito entre 1573 y 1582, con muchos períodos de inactividad. Comienza a sus 58 años y concluye meses antes de su muerte a los 67. En él se narran las vicisitudes de Teresa de Ávila a la hora de fundar distintos conventos de la orden carmelita. Quedan patentes aquí su espíritu de lucha, la capacidad organizativa y emprendedora, la prudencia y su habilidad para relacionarse con toda clase de personas, desde el Rey Felipe II hasta los más humildes mesoneros. Es un retablo único de la España del s. XVI.
Libro de las Moradas o Castillo Interior. Una nueva petición de sus monjas y superiores le lleva a escribir un tratado de oración, que realiza en 1577. A su vida de oración en el convento se sumaban las labores de dirección y nuevas fundaciones, y debía sacar tiempo de donde no lo tenía para escribir. Comienza con una metáfora que explica sus dos títulos: "... considerar nuestra alma como un castillo, todo de un diamante o muy claro cristal, a donde hay muchos aposentos, así como en el cielo hay muchas moradas...".
Camino de Perfección. Lo empieza a escribir en 1562, recién fundado el convento de San José, es una obra didáctica en donde Teresa describe cómo debe regirse la vida en el monasterio, señala los peligros que hay en ella y cómo deben evitarse. Al igual que sucede con el Libro de la Vida, escribe esta obra dos veces, pero en esta ocasión sí disponemos de los dos autógrafos, conocidos como el autógrafo de El Escorial y el de Valladolid, por el lugar donde se conservan, pues ambos fueron escritos en San José de Ávila en 1566 y 1567.