Julio Martínez Mesanza: "Soy demasiado conservador como para ser rebelde"
El poeta fue galardonado con el Premio Nacional de Poesía 2017 por su poemario Gloria, publicado en la editorial Rialp
23 febrero, 2018 01:00Julio Martínez Mesanza
Sale a libro publicado por década que transcurre, pero eso no significa que Julio Martínez Mesanza se olvide de la poesía. Su cargo como director del Instituto Cervantes en Estocolmo le permite compaginar sus obligaciones con la escritura y en 2017 fue reconocido con el Premio Nacional de Poesía por Gloria, su último poemario. El Jurado destacó la aportación de "un aire nuevo a la tradición clásica, avanzando en profundidad en esta nueva entrega poética, plena de belleza formal y sentido de la rebeldía ante el pensamiento único vigente". Gloria es un libro escrito en endecasílabos blancos, intimista y complejo, que otorga mucha importancia a la salud religiosa de las sociedades y sigue la línea marcada por la "poesía épica" de los anteriores, aunque él no está de acuerdo del todo con esa categoría. Martínez Mesanza reconoce su admiración por los clásicos y la influencia que en su obra hayan podido tener pero considera que la poesía épica no existe en la actualidad, pues "la épica sólo tiene sentido en una sociedad donde se privilegia el valor". La editorial Renacimiento acaba de publicar la antología de poemas Soy en mayo, que complementa a toda una obra que comenzó en 1983 con Europa, su libro capital, reeditado hasta en cuatro ocasiones.Pregunta.- ¿Qué queda del autor que fue incluido en la antología de la Generación del 80? ¿Se siente cómodo en este tipo de grupos?
Respuesta.- Nunca me he sentido incómodo, es algo natural. Es biológicamente inevitable pertenecer a una generación determinada. Después, se comparten unos presupuestos y otros, no.
P.- En alguna ocasión ha manifestado que "el propósito último de la actividad de los poetas es hacer poemas y no libros". ¿Se explica así cómo se ha prodigado tan poco en la publicación?
R.- Bueno, he dicho por ahí que eso de la unidad de los libros de poesía es una superchería. Se escriben poemas. Si el poema es tan largo como un libro, el libro será unitario. Hay algo de muy artificial en esos libros en los que, pretendidamente, cada poema está en función del conjunto, pero, leído aparte, dice muy poco. Si un libro está hecho de poemas que, en su mayoría, no valen nada, ¿qué más da la unidad? Por lo demás, sí, yo hago pocos poemas, pero, al final, sumados todos los de una vida, puede que sean demasiados.
P.- Usted que desconfía de esa "norma", ¿cree que los poemas de Gloria tienen cabida en Europa o viceversa? Precisamente el último libro tiene mucha coherencia interna.
R.- Esa coherencia no es deliberada, la da la época de la vida a la que pertenecen esos poemas. Pero resulta obvio que no hay época en la vida completamente estanca. Algunos poemas de Europa podrían pertenecer a Las trincheras, algunos de Las trincheras a Entre el muro y el foso, y algunos de Entre el muro y el foso a Gloria, sin que se alterase la coherencia interna que puedan tener o no esos libros.
P.- Con respecto a la línea clara -"Si me es posible decir árbol, no digo cedro", ha manifestado en alguna ocasión-, ¿es el poema "Mar Saba" una declaración de intenciones del autor sobre este asunto ("Dame palabras fáciles y claras / para explicar la sencillez del alma")?
R.- Esas palabras fáciles y claras son las que pedía para sí San Juan de Damasco, que vivió, precisamente, en el monasterio de Mar Saba. Siempre he defendido que el lenguaje de la poesía es el más sencillo en cuanto a léxico y sintaxis. A mí (y a veces corro el riesgo de caer en la abstracción), me gusta usar esos nombres genéricos. Lo de "árbol" y no "cedro" es un ejemplo deliberadamente exagerado. A veces, claro que hay que decir "cedro". Lo que me parece que puede arruinar la economía del poema es la aparición de una planta cuyo nombre y forma sólo conocen el poeta y algunos especialistas en botánica, y que muchas veces está puesta ahí a propósito, como para presumir.
P.- ¿Dónde están los límites de esa línea clara? A los poetas "superventas" se les acusa de abusar de una línea demasiado clara.
R.- Creo que habría que distinguir entre línea clara y superficialidad, pero yo tampoco pienso que mi poesía se ajuste por completo a la definición de línea clara.
P.- En otros poemas, se vislumbra perfectamente el "yo" poético separado de la personalidad del autor. ¿Cómo gestiona ese equilibrio?
R.- En mi caso, quien hace los poemas es mi yo menos optimista. Ese yo educado en la poesía y para la poesía, que, afortunadamente, es sólo una pequeña parte de mí.
P.- ¿Qué es la 'Gloria' en este libro? Aparece en contadas ocasiones a través de los poemas, pero en "San Esteban" se refiere a ella como "la ausencia de orgullo en la hermosura". ¿Es la definición más adecuada para lo que el título quiere expresar?
R.- En el libro, "gloria" se refiere, fundamentalmente, al esplendor de lo creado y del Creador. "La ausencia de orgullo en la hermosura" puede ser una definición adecuada, pues en la relación de los hombres con la hermosura no suele darse esa ausencia.
P.- "El más fiel representante de la poesía épica en la nueva poesía española" y cosas parecidas han dicho los críticos para referirse a usted. Sin embargo, ha desertado de esa categoría por considerar que "la épica ha dejado de existir porque sus valores no forman parte de las prioridades del hombre moderno". ¿Qué valores debe recuperar para que la épica vuelva a tener sentido en la poesía?
R.- Yo creo que utilizo y he utilizado muchos símbolos del ámbito militar (artillería, carros de combate), pero la épica es otra cosa. La épica tiene sentido en una sociedad en formación, con unos valores compartidos, entre los que se privilegia, precisamente, el valor.
P.- Ha dicho en alguna ocasión que en sus poemas no había preguntas. Sin embargo, en Gloria están los poemas "En los ríos de niebla" y "El mar de las galeras" donde sí aparecen. ¿Ha habido, ciertamente, un cambio de registro?
R.- No, más que un cambio de registro, lo que me he permitido son algunas excepciones, para confirmar la regla. Evito las preguntas, pero si es inevitable plantearlas en un poema, las planteo.
P.- En algunas críticas le han catalogado como un poeta "rebelde e insumiso" y el acta del Jurado del Premio Nacional destaca "el sentido de la rebeldía ante el pensamiento único vigente". ¿Tiene que ver con su apuesta por lo clásico como reivindicación de una postura?
R.- Seguramente, en mi caso, es más insumisa la manera de decir que lo que digo (en términos clásicos, más la forma que el contenido). O eso me gustaría pensar. Aunque yo nunca me he planteado ser rebelde. Soy demasiado conservador para eso. Otra cosa es que, en los tiempos que corren, el conservadurismo sea considerado una forma de disidencia.
P.- Siempre se ha mostrado reacio a discutir sobre teoría poética, o más concretamente sobre qué es poesía y qué no. ¿Sería capaz de decir si son poesía los libros que actualmente en España copan las listas de ventas en esta categoría?
R.- La poesía puede ser muchas cosas distintas, incluso para uno mismo, y eso hace mucho más difícil encontrar definiciones satisfactorias. Yo sólo he leído, aquí y allá, cuatro o cinco piezas de esos autores, y no puedo hacerme una idea del conjunto. Si la poesía es difícil de definir, no veo inconveniente en que se diga que esos libros son de poesía. Otra cosa es el adjetivo que cada cual quiera elegir para acompañar al sustantivo "poesía".
@JaimeCedilloMar