Image: España-Guatemala, un nuevo puente de palabras

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Letras

España-Guatemala, un nuevo puente de palabras

12 julio, 2018 02:00

Los libreros Philippe Hunziker y Paco Goyanes

Escritores, editores y libreros aúnan esfuerzos para difundir la literatura española en uno de los eventos más importantes de Centroamérica, la FILGUA de Guatemala, a donde viajan gracias al apoyo del Programa para la Internacionalización de la Cultura Española (PICE), de Acción Cultural Española (AC/E).

Los escritores José Ovejero y Clara Obligado, el divulgador científico Javier Fernández Panadero, y el traductor Paul Viejo serán los representantes españoles en la XV edición de la Feria Internacional del Libro en Guatemala que se celebra en la capital centroamericana hasta el próximo 22 de julio. Todos ellos participan en España en la FILGUA, una iniciativa destinada, por medio de un nutrido programa de actividades, a dar a conocer a estos autores y acercar las literaturas española y guatemalteca. Pero la génesis del proyecto, que cuenta con el apoyo del Programa para la Internacionalización de la Cultura Española (PICE), de Acción Cultural Española (AC/E), nace bastante antes, como nos cuenta el gerente de la librería Cálamo de Zaragoza, Paco Goyanes.

"El antecedente es Otra Mirada, un encuentro de librerías y editoriales independientes iberoamericanas que comenzó en 2011 fruto de nuestra percepción de que era necesario crear un, hasta entonces inexistente, lugar de encuentro de los referentes del mundo del libro iberoamericano", explica Goyanes. Que la organización corriera a cargo de Cálamo, librería independiente modesta pero de largo recorrido y conocida tanto en España como en América Latina, generó simpatía, confianza y credibilidad. El proyecto fue apoyado por un número muy amplio de instituciones públicas tanto españolas como americanas. "Tras pasar por Zaragoza y la FIL de Guadalajara, en 2017 celebramos una edición en Guatemala (la IV acaba de tener lugar en la FILBO de Bogotá) en colaboración con Sophos Librería de Ciudad de Guatemala, regentada por Philippe Hunziker". El librero guatemalteco se convirtió en otra pata fundamental del proyecto.

Como comentaba Goyanes, Hunziker se remonta a la tercera edición de Otra Mirada, celebrada en julio del año pasado en la ciudad de Antigua Guatemala. "Alentados por esa fructífera experiencia de crear un espacio para la discusión de las oportunidades y retos que se le presentan a editores y libreros independientes de América y España, decidimos someter a consideración un proyecto que titulamos España en la FILGUA, para permitir que los que visitan esta importante feria del libro tengan la oportunidad de conocer a autores españoles de distintas especialidades", insiste el guatemalteco, que asegura que el programa PICE jugó "un papel fundamental. Estas iniciativas demandan un involucramiento financiero por supuesto importante para el organizador en el país de acogida, pero la ayuda de PICE hace que un proyecto impensable se torne factible y permite que España en la FILGUA, este año, sea una realidad".

Un faro con luz ajena

Una realidad necesaria, pues como reconoce Goyanes hablando de la difusión de la literatura española, "hay mucho que hacer en Guatemala y en toda América Latina. Los jóvenes autores españoles -y muchos consagrados- son muy desconocidos para el público lector que tiene más querencia por la literatura que le es de alguna manera más próxima, como la mexicana o colombiana", opina, que reconoce que existe cierta presencia "gracias a la labor de librerías como Sophos que acerca periódicamente al público guatemalteco las novedades editadas en nuestro país".

Por su parte Hunziker profundiza un poco en esta visión. "Hoy en día España tiene con muchísima claridad y ventaja la posición de faro editorial. No solo es la metrópoli que define lo que leemos, sino también el filtro que valida lo que de un país latinoamericano se lee en otro país latinoamericano", explica. Sin embargo, tampoco contradice la tesis de Goyanes. "Si bien España influye enormemente en lo que se lee en países como Guatemala, eso no siempre significa que leemos a autores españoles: España recibe, a su vez, un influjo enorme del faro mundial que es Estados Unidos y mucho del contenido que se publica en España es anglosajón de origen", se lamenta.

Por eso, el librero guatemalteco está muy contento con esta posibilidad de diálogo, "la mejor manera de acercar dos culturas donde el papel de PICE es clave". Así, los visitantes españoles "se sentarán a conversar con Vania Vargas, Arnoldo Gálvez Suárez y Denise Phé-Funchal, tres autores guatemaltecos de relevancia. Fruto de estas conversaciones, surgirá sin duda un mejor conocimiento mutuo, y nuestras literaturas comenzarán un proceso de polinización cruzada", asegura esperanzado Hunziker, para quien la cultura es un pilar clave a la hora de dejar atrás en su país un duro pasado de violencia política unida a otras desgracias (maras, narcotráfico, migraciones). "Apostamos a que el empobrecimiento que ha padecido nuestra región se convierta paulatinamente en hambre de aprenderse, de imaginarse, y a que el libro, vehículo inmejorable para la reflexión y la empatía, vaya ocupando el lugar que le corresponde".

Escritores y embajadores

Parte de culpa tiene también un editor que siempre está en las entretelas de todo aquello que implique difusión de la literatura española entre ambas orillas, el peripatético Juan Casamayor, de Páginas de Espuma, que demuestra constantemente por qué recibió el Homenaje al Mérito Editorial de la pasada FIL Guadalajara. "Estoy implicado de una forma casi secundaria, detrás de la tramoya", explica. "En el encuentro Otra mirada del año pasado Philippe me dijo que quería potenciar la feria y yo le propuse que invitara a escritores, y que AC/E podría ser la vía del apoyo. El mérito es de Philippe, que ha pensado la programación, buscado públicos... yo solo le he echado gasolina a algo que sabía que podía funcionar", insiste. Para Casamayor, llevar escritores a otros países es la clave de la difusión de la literatura. "La vía es que los escritores vayan a los países y que las editoriales lleven los libros. Así pueden ser leídos, que es lo básico".

Esa también es la opinión de muchos escritores, como José Ovejero, que no dudó un instante cuando recibió la invitación de la FILGUA. "Suelo intentar participar en las ferias a las que me invitan en Latinoamérica porque sí tengo la impresión de que esos momentos de contacto vuelven más visible mi obra en los países que visito y me permiten a mí conocer mejor su literatura. Si cada escritor se vuelve a su casa con libros de tres o cuatro autores del país que visita y habla de ellos, se abren amplias posibilidades de un intercambio cultural". Un intercambio que en su opinión, a pesar de las esperanzas puestas en internet y el libro electrónico está dinamitado por el mercado, que sigue muy dividido. "Puede que la lengua nos una, pero el mercado nos separa. Creo que esto es aplicable al conocimiento de la literatura de otros países en todo el ámbito del español: se conoce a pocos autores fuera de sus fronteras".

"En España sabemos poco de literatura guatemalteca y en general de la centroamericana, también es mi caso", reconoce Ovejero. "Quitando a alguien tan consagrado como Miguel Ángel Asturias, o a un par autores más recientes como Rodrigo Rey Rosa y Eduardo Halfon, a la mayoría de los lectores españoles no se les ocurrirán muchos más nombres de escritores guatemaltecos". Por eso, coincide con el resto de protagonistas en la importancia del programa PICE para favorecer el conocimiento mutuo y el intercambio cultural. "Sin la ayuda de AC/E un proyecto así no sería viable, es de gran utilidad para el fomento y la difusión de la cultura española, al menos de la literatura, que es el campo que yo conozco". Y con el cambio del Gobierno español todavía caliente, apunta, "un gobierno que se tome de verdad en serio la cultura debería preguntarse si no es necesario reforzar estos programas que dan un apoyo esencial a un sector tan vapuleado. Está muy bien congratularse por la importancia del español en el mundo, pero para que esa importancia no sea sólo numérica, es necesario un apoyo más decidido a la difusión de la cultura en nuestra lengua".