Jiménez Fraud, cartas a la cultura del siglo XX
Alberto Jiménez Fraud paseando por Málaga con José Moreno Villa, años veinte. Foto: Archivo Residencia de Estudiantes, Madrid
La Residencia de Estudiantes, en coedición con la Fundación Unicaja, reúne en tres volúmenes alrededor de dos mil misivas, muchas de ellas inéditas, que entre 1905 y 1964 Alberto Jiménez Fraud intercambió con intelectuales, artistas y científicos que protagonizaron la historia cultural española. Entre ellos Unamuno, Pío Baroja, Juan Ramón Jiménez, Ortega y Gasset o María de Maetzu.
Discípulo de Giner de los Ríos, Jiménez Fraud tenía un carácter tenaz pero templado, firme, fiel a sus amigos y sensible, mostró siempre un cierto refinamiento espiritual y una condición por pasar desapercibido, alejado lo más posible del foco mediático. Así lo muestran al menos las más de 2000 cartas, muchas de ellas inéditas, que entre 1905 y 1965 el director de la Residencia madrileña intercambió con algunos de sus contemporáneos y que hoy reúne el proyecto Epístola, desarrollado por la Fundación Francisco Giner de los Ríos y la Residencia, con el apoyo del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y el Colegio de México, bajo el título Alberto Jiménez Fraud. Epistolario, 1905-1964. Una imponente obra de tres volúmenes, coeditada con la Fundación Unicaja, que ofrece un panorama amplio de la cultura del siglo XX de la mano de muchos de sus protagonistas.
Los miembros de la "peña malagueña" fotografiados en 1908. De izquierda a derecha: José Moreno Villa, Francisco de Orueta, Manuel García Morente, Ricardo de Orueta, Alberto Jiménez Fraud y Gustavo Giménez Fraud. Foto: Archivo Residencia de Estudiantes, Madrid.
Compuesta por más 200 voces de intelectuales, artistas y científicos, según cuenta el director de Epístola José-Carlos Mainer, "entre las cuales están las figuras de más peso específico", las cartas de Pío Baroja, Gabriel Celaya, Manuel de Falla, Juan Ramón Jiménez, Ortega y Gasset, Unamuno, Gloria Giner, María de Maetzu o Susan Huntington Vernon, entre otros, recorren en esta especie de "retrato coral" , en palabras de José García-Velasco, director de la edición, los inicios y el desarrollo de la Residencia, los acontecimientos de la guerra civil y los años de exilio y dolor. Al menos, "pocos panoramas hay más estremecedores de la guerra civil que los que nos ofrecen las cartas intercambiadas de los personajes que constituyen este epistolario", señala Mainer para quién estos volúmenes se pueden leer como si fueran una novela "porque hay personalidades muy marcadas, muy significativas" que escribían "con cuidado y con mimo y otras veces con expresiones tajantes". Y lo hacían, describe, en todos los tonos. "Desde las cartas enfadadas permanentemente de Pío Baroja hasta las cartas con un caustico sentido del humor de su sobrino Julio Caro Baroja".El libro es fruto de treinta años de investigación entre la documentación, las cartas que Jiménez Fraud había escrito, que permanecían custodiadas por la propia Residencia de Estudiantes y las misivas que el profesor recibió y que, durante 28 años de exilio en Inglaterra él mismo atesoró, heredadas más tarde por sus descendientes. En ellas, se nos muestra la construcción de su proyecto personal. En una primera parte se palpa "el ambiente, la ebullición de esa primitiva Residencia a la que se refieren los estudiantes desde el exilio" , analiza García-Velasco. Con un matiz importante, esa historia, una historia que lo es también de la cultura española, "se construye entre amigos". Temas como la importancia y la vinculación con la Residencia de Cataluña, la dictadura, "con una posición muy clara y muy crítica", la guerra civil y el exilio se dan a lo largo de estos textos que, ya desde el principio, intercambia con Unamuno, Francisco Giner, José Castillejo, "el otro gran protagonista de ese primer tomo", Manuel Bartolomé Cossío, John Trend, el Duque de Alba o María de Maetzu.
María de Maeztu durante una de las clases impartidas por ella en la Residencia de Señoritas, hacia 1920. Foto: Instituto Internacional en España.
Pero todas estas personalidades, matiza el profesor inglés, "no solo están presente, sino que están dialogando entre sí". Voces que a pesar de mantener perspectivas muy dispares unas con otras, muestran un evidente punto en común. "Alberto Jiménez Fraud era un hombre de una enorme perspicacia personal, conciliador, que inexplicablemente ha quedado completamente fuera de la historia cultural de este país -reflexiona-. Él era un hombre que rehuía las luces y la fama y sin embargo estaba ahí construyendo las bases de una sociedad nueva". Y sus cartas son los documento de un hombre "que en la adversidad, cuando perdió todo, su casa, su biblioteca, su lugar en la sociedad española... nunca, nunca, nunca se dejó desanimar sino al contrario. Con una actitud enormemente positiva y generosa animó a todo el mundo a través de su correspondencia", reflexiona Valender.
A lo largo de sesenta años de misivas Alberto Jiménez Fraud. Epistolario, 1905-1964 perfila, por tanto, un "retrato colectivo de varias generaciones de españoles inminentes. Un retrato ideal de un proyecto y un retrato individual de mucha gente que está allí creyendo un determinado tipo de cosas", comenta José-Carlos Mainer. Se tratan, todos ellos, de una "burguesía laica, liberal, progresista e ilustrada", "una excepción en la vida española" que "esperemos que sean semilla para un futuro que este país merece como ellos creyeron".
@mailouti