LINA MERUANE

LINA MERUANE

Letras

Sistema nervioso

Lina Meruane firma una novela emocionante sobre cuerpo, sufrimiento, y conciencia de la muerte en el marco de la familia

15 julio, 2019 13:54

Lina MeruaneRandom House. Barcelona, 2019

288 pp. 17,90 €. Ebook: 8,99 €

Hace años, escuché a un buen escritor de mi generación explicar que el desafío de la composición novelística consistía en descubrir cuántos elementos puedes aglutinar en torno a una estructura sin que esta se rompa. Es solo una frase, cuyo acierto resulta tan debatible como el de cualquier otra hipótesis más o menos jactanciosa, pero la he recordado durante la lectura de Sistema nervioso, de Lina Meruane (Santiago de Chile, 1970), un libro ambicioso que nos lleva de lo celular a lo galáctico, mediante su arquitectura, y de lo sintético a lo obsesivo, mediante su fraseo estilístico. El resultado, al que llega corriendo algún riesgo, es algo más que una estructura intacta: emocionante pese a la paradójica frialdad taxonómica o psiquiátrica de su muy acertada voz en tercera persona (que imprime una distancia omniabarcadora), la novela se presenta con un título revelador de su contenido. El sistema nervioso, como Meruane se encarga de subrayar, es la fuente del dolor físico, que es sinónimo paradójico de vida. Así pues, cuerpo, sufrimiento y conciencia de la muerte, es decir del paso del tiempo, todo ello en el marco de la familia.

La protagonista es una chilena que vive en Estados Unidos, aunque ninguno de los dos países es mencionado por su nombre. Su madre biológica murió en el parto, ella estudió astronomía, y su padre médico ha gastado todos los ahorros que conservaba para sufragarle la preparación de la tesis doctoral en el extranjero a espaldas de su segunda esposa y sus otros tres hijos. Sin embargo, esa tesis no prospera, como tampoco lo hace la relación que mantiene con su actual pareja, un antropólogo iracundo especializado en el análisis forense de los huesos humanos. Lo que sí prospera, al menos a ojos de esta voz narrativa minuciosa como un estetoscopio o una radiografía, es la enfermedad propia o ajena, el mal corporal que nace en el propio cuerpo o bien deriva de un impacto externo, accidentes, golpes, caídas, ahogamientos, inseminación, son miles las posibilidades. “Era una familia cancerosa o lo había sido”, leemos aquí, y uno diría que la afirmación vale para el conjunto de la humanidad.

Como dije, Sistema nervioso combina la metáfora de la vida microscópica de nuestro organismo con la del universo entero, saltamos de una bacteria a la Vía Láctea con la elegancia de las buenas analogías. El riesgo al que aludí antes estriba en las derivas del texto hacia pasajes de lo que podríamos llamar “agenda política”; en mi opinión, se revelan muy coherentes y hasta orgánicos (por una vez, parece oportuno utilizar este adjetivo) al tratar la violación, la dictadura o a la política migratoria de Trump, tres extremos de la misma dolencia del todo vinculados a la protagonista, y solo un poco forzados al tratar motivos secundarios como la eutanasia (que podría ser un tema igualmente oportuno aquí, pero se inserta con precipitación, en un breve fogonazo). En el retrato de las múltiples formas de violencia íntima, que va de la amenaza velada de la pareja a las golpizas infantiles entre hermanos pasando por las tensiones psicológicas y verbales de la familia como cadena trófica, Lina Meruane no tiene miedo a tratarlas con rigor incómodo, en todas sus dobleces humillantes, incorrectas, estériles.

Sistema nervioso es un libro emocionante sobre cuerpo, sufrimiento y conciencia de la muerte en el marco de la familia

Construida a partir de capítulos con títulos astronómicos y subtítulos que aluden al tiempo y su conjugación, la novela sedimenta fragmentos breves o extensos, frases que se alargan derivativamente o que se concentran en sentencias no extensas de cierta voluntad efectista: “El Padre le regaló un perro de peluche al que llamó gastroenteritis”, “el mandato de la multiplicación en las células daba tanto cáncer como hijos”, “cualquier dolor en el presente era siempre el dolor imaginado”… Objetivo logrado, admitámoslo: sin duda, provocan un efecto en nosotros, el tipo de sacudida que es parte consustancial de lo que Sistema nervioso explica sobre las relaciones de las personas entre ellas y con su cuerpo.