La poesía superventas, a debate en El Escorial
Marwan y Martín Rodríguez-Gaona protagonizaron ayer un cara a cara insólito acerca de la polémica sobre la poesía comercial
17 julio, 2019 12:00No falta casi nadie por manifestarse acerca del asunto, pero ayer el debate en torno a la poesía comercial experimentó un trance inédito. Por fin se producía un cara a cara en el que participaba Marwan, máximo exponente del fenómeno que trae de cabeza a críticos y autores. Moderado por el poeta Joaquín Pérez Azaústre, director del curso Poesía fuera de sitio: nuevas formas de comunicación lírica que desde el lunes se celebra en El Escorial, el encuentro consistió en la conversación del cantautor con el escritor Martín Rodríguez-Gaona sobre la trascendencia de la poesía superventas en el panorama literario español y la responsabilidad de cada uno de los agentes que intervienen.
Si alguien esperaba a un Marwan en posición de defensa, seguro que se sorprendió al escucharle decir que no se consideraba siquiera un poeta o cuánto le avergonzaba que su nombre apareciera “en la punta de lanza de la cultura”. No pudo expresarse de una forma más honesta el cantautor, que asumió ser un escritor “normalito” -“los que vendemos tantos libros no somos grandes poetas”, añadió- que sigue sorprendido de la repercusión de su obra. Natural y espontáneo, aunque muy firme en su discurso, concedió que los datos de ventas de esa poesía sentimental que arrasa en redes sociales y él mismo abandera “responde a una decadencia cultural que me preocupa”.
No fue lo único novedoso del debate, prácticamente desgastado en un presente tan frenético que se lleva por delante las posibilidades de reflexión. Cuánto agradecieron los alumnos del curso de la Universidad Complutense que por una vez nadie eximiera sus teorías acerca de lo que es poesía y lo que no. El poeta Rodríguez-Gaona andaba más preocupado por cómo “el fenómeno de la poesía actual trasciende lo literario”, por cuanto “quiebra con los valores de la sociedad letrada” a la que él mismo se adscribe. Esta “poesía pop tardo-adolescente”, según la definió, se explica en el marco de una“vanguardia populista amparada en la revolución tecnológica, consecuencia del sistema neoliberal”, dijo.
La conversación se produjo en un ambiente más que distendido, aunque no faltaron las opiniones contundentes de uno y otro. Si Marwan se lamentaba por la “envidia” que habían demostrado algunos de sus colegas que “sienten que ocupas su lugar”, Rodríguez-Gaona respondía que “no es materia de la crítica literaria hablar de la envidia ni de ningún otro pecado capital”. Por otro lado, si Marwan aseguraba que su “búsqueda” era contribuir con sus versos a que el mundo fuera un lugar menos inhóspito, Rodríguez-Gaona le contestaba: “Tú escribes canciones y poemas para que la gente tenga mejores sentimientos, y yo hago ensayos para analizar ciertos fenómenos y que los agentes que intervienen —autores y miembros de la industria editorial— asuman su responsabilidad”.
Poesía fuera de sitio
Unas horas antes, durante la jornada matutina, el escritor Juan Manuel de Prada y el periodista Jorge Bustos desentrañaron la tensión poética que fulgura en disciplinas como el cine o las crónicas deportivas. El director del curso, Pérez Azaústre, que ha defendido siempre la presencia de lo poético en ámbitos que trascienden el propio género, presentó al escritor como el "novelista español que con más poesía escribe su prosa". De Prada apoyó su conferencia sobre las relaciones entre el cine y la poesía —“una cuestión casi inabarcable”, advertía al inicio— con fragmentos de películas imprescindibles.
Una de las secuencias proyectadas, el momento de la navaja de afeitar que corta el ojo en Un perro andaluz, de Luis Buñuel, “es la muestra más eminente de este cine poético donde las imágenes sirven como metáforas para asociar realidades diversas”, explicó el novelista. Si el cine fue concebido en su germen como un “registro casi documental de la realidad”, fue el contexto de las vanguardias el que propició la presencia de la poesía en ese artefacto que captaba imágenes en movimiento. “El cine puede expresar cosas con una vividez mayor que la palabra”, añadió De Prada, satisfecho de que el séptimo arte surgiera como un “instrumento para crear imágenes nuevas que suponen una extensión de nuestras fantasías”.
Tras el cine poético y teatral, se impuso el lenguaje narrativo y su acercamiento a las masas. Pero la poesía no fue ajena a esta transformación, sino que se adaptó a las nuevas fórmulas a partir de corrientes como la nouvelle vague francesa con François Truffaut o el cine trasgresor de Andréi Tarkovski en Rusia. Mientras tanto, autores como Charles Chaplin, John Ford o Alfred Hitchcock tuvieron la capacidad de introducir elementos poéticos en sus correspondientes modelos narrativos, diferentes entre sí, aunque con una clara voluntad comercial.
Bustos se ocupó de otro escenario que tampoco le niega la entrada a la poesía. Al comienzo, planteaba la pregunta de si “la literatura es una vía decente para acercarse al mundo del deporte, tan aparentemente ligero o banal” en su conferencia acerca de lo poético en las crónicas sobre estos eventos. “No sólo es necesario, sino que quizás sea la única vía posible”, se respondía a sí mismo. En su discurso, no vaciló al desacreditar aquellas voces tan repetidas que siempre tratan de vilipendiar el fútbol por su indiscutible relación con lo económico. En realidad, “es la gran metáfora de nuestro tiempo y sería un error creer que el fútbol es demasiado estúpido para ser tratado por poetas”, apostilló.
La poesía cabe en el deporte porque el deporte es épica. Por tanto, “si la poesía nació para conectar a los dioses con los hombres, es muy pertinente que se ocupe de este fenómeno”, precisó. Además, “el ser humano empatiza con el perdedor antes que con el ganador, del que sospecha sobre su arrogancia”, dijo Bustos, y por ello es más fácil hablar sobre la derrota que sobre la victoria. En definitiva, “el fútbol da sentido y esperanza a un mundo desesperanzado” según el periodista, que concluía su intervención con esta frase: “La potencia metafórica del deporte es lo que justifica su acercamiento literario”.
Sigue avanzando este curso de poesía, una propuesta ambiciosa que explora la presencia de lo poético en las diferentes disciplinas culturales. El pasado lunes, día del comienzo de las jornadas, el poeta y periodista Antonio Lucas abordó las formas líricas en la columna de opinión, “un género caprichoso, el más chiquito pero el más altivo y soberbio porque puede aceptar todo, salvo la mala escritura”. De otro lado, la poeta Raquel Lanseros rescató La Ilíada y La Odisea de Homero, un acontecimiento literario que “sigue vertebrando y rebautizando” la perspectiva de la civilización occidental. Lanseros celebraba que la eternidad de figuras como Cervantes o el propio Homero “ha logrado fundar un arquetipo reconocible del ser humano”.