Guillermo Arriaga desencadena a los discapacitados en la Inglaterra del siglo XVIII

Guillermo Arriaga (Ciudad de México, 1958) no se conforma con contar una historia. Su ambición es mucho mayor. Quiere comprender qué es el ser humano, averiguar cuáles son sus límites y sus secretos. Ambientada en la Inglaterra de finales del XVIII, Extrañas aborda esas patologías que se consideraban malditas y pecaminosas hasta la Ilustración, cuando los filósofos comenzaron a desmontar los prejuicios religiosos.

Extrañas

Guillermo Arriaga

Alfaguara, 2023. 448 páginas. 20,90 €

William Burton, el protagonista, no es un ilustrado, pero se comporta como un hombre que solo acepta la tutela de la razón. Hijo de una familia aristocrática, descubre que en las propiedades familiares hay hombres y mujeres encadenados en establos para ocultar sus deformidades. Su deseo de liberarlos y curarlos le costará el destierro y la pérdida de su herencia. Sus padres lo repudian por su vocación de médico, pues opinan que se trata de un oficio servil.

Burton logrará que el cirujano Robert Black, especializado en graves deformidades, lo acoja como discípulo. Tras estudiar el caso de unas hermanas siamesas, ambos realizarán un peligroso viaje por Oriente Medio para buscar información sobre esa rara anomalía. Los pueblos de esa región veneran a esos seres trágicamente unidos por el capricho de la biología.

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Burton madurará durante una peripecia que incluirá confrontaciones con tribus primitivas, enfermedades terribles y animales salvajes. Gracias a esa experiencia, aceptará el pasado de Ailis, su esposa, una prostituta estéril de la que se había alejado. A su regreso, ya no es un joven que está aprendiendo, sino un adulto sabio, tolerante y estoico, que no se deja intimidar por el dolor y la muerte.

Extrañas puede leerse como una novela de aventuras, pero es mucho más. Tiene todos los elementos del género: personajes fascinantes, como Black, –mitad médico, mitad rufián–, un largo viaje por geografías hostiles y exóticas, feroces bandidos, populosas e inciertas ciudades, profecías angustiosas. Sin embargo, más allá de esos aspectos, perfectamente integrados en el relato, palpita el anhelo de alumbrar una cosmovisión. Arriaga no esconde la malicia del ser humano, pero no se precipita por el pesimismo. Burton es generoso, íntegro y valiente. Desafía a los tabúes y se abstiene de formular severos juicos morales.

Arriaga no esconde la malicia del ser humano, pero no se precipita por el pesimismo

La escritura de Arriaga impulsa la historia con frases largas, pero sin un ápice de artificio. El estilo es caudaloso y poético, como una crecida del Nilo. El uso de anacronismos ayuda al lector a situarse en una época que marca el tránsito de la mentalidad prerracional a una perspectiva científica. Arriaga exalta la razón, pero sin ignorar que puede generar perversiones como ese chimpancé capturado por tres sabios orientales para inocularle virus y diseccionar su cadáver.

Su mirada no es la de un simple mecanismo biológico, sino la de un ser con sentimientos como la ternura y el desamparo. Arriaga siempre es delicado y respetuoso. Al igual que Tod Browning en Freaks, nos muestra a varios “fenómenos” (un hombre-lobo, una supuesta “sirena”), pero no lo hace para exhibirlos sino para reivindicar su dignidad.

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Extrañas es una extraordinaria novela que combina con acierto el placer de la aventura y la especulación filosófica. Arriaga se aleja de sus registros anteriores, adentrándose en el terreno de la novela histórica, pero sin descuidar su preocupación esencial: descifrar los misterios de “esa nebulosa que llamamos vida”.

No proporciona respuestas, pero insinúa que el amor es la única redención a la que puede aspirar nuestra especie. En un universo sin dioses, la razón es un recurso para sobrevivir, pero solo los afectos pueden rescatarnos del infortunio que nos produce nuestra fragilidad. Tras leer esta novela, no es difícil responder a la interrogación: ¿qué es el ser humano? Algo extraño y hermoso.