2023, una magnífica cosecha poética y alguna polémica
La poesía en España goza de una óptima salud, como demuestran los buenos libros publicados.
23 diciembre, 2023 02:17La del 23 ha sido una añada excelente. Confirma lo que venimos manteniendo: que la poesía en España, tanto la escrita en nuestro idioma como la traducida (este año, de cosecha magnífica), goza de una óptima salud, opinión que se sostiene de la única forma posible: con buenos libros. Solventes y necesarios, no “los demasiados” de Zaid. Para intentar ordenar el caos, se inventaron las listas. Soy reacio a ellas. Porque uno escoge entre lo leído, que dista de ser todo, y sobre la base del propio criterio.
Prueba de lo afirmado más arriba, esta de El Cultural. La encabeza El dorado, un libro escrito en estado de gracia por el cordobés José Luis Rey (el último que publica, dice). Le siguen Euforia, de Carlos Marzal, que regresa por todo lo alto a la poesía trece años después, y El baile de los pájaros, de Basilio Sánchez, un nombre imprescindible de la Generación de la Democracia. Obras espléndidas son también el arriesgado, por motivos temáticos y formales, Libro mediterráneo de los muertos, de María Ángeles Pérez López, y el melancólico Flores de fuego, que confirma la voz de Victoria León.
De los que quedan, voté (el máximo) por Estancia de la plenitud, del conspicuo Fermín Herrero, y por Demonios, de Ben Clark, pura frescura. No llegué a tiempo de leer los de Benjamín Prado y Guillermo Carnero, un verdadero maestro.
[José Luis Rey: 'El dorado', libro clave de un poeta en la vanguardia]
Más allá de estos títulos, conviene recordar, porque quedan fuera del recuento, las poesías reunidas. Por edad, de Carlos Edmundo de Ory, Julia Uceda, Francisco Ferrer Lerín, Víctor Botas, Pablo Guerrero, Jon Juaristi, Miguel Casado, Francisco Javier Irazoki, Fernando Aramburu, Carlos Alcorta, Aurora Luque…
Este año –el del fallecimiento de grandes poetas como los norteamericanos Louise Glück y Charles Simic (ambos publicaron libros este año aquí), y del neerlandés Henrik Nordbrandt– se ha reconocido con premios de importancia a tres mujeres: la uruguaya Circe Maia (Federico García Lorca), la nicaragüense Gioconda Belli (Reina Sofía) y la gallega Yolanda Castaño, la séptima poeta que recibe el Nacional en las ocho últimas ediciones. La situación predominante de la poesía dizque femenina se evidencia, por ejemplo, en las últimas entregas de Julia Otxoa, Esther Ramón, Berta García Faet o Vanesa Pérez-Sauquillo.
Incidiría en la presencia de buenos libros en todas las generaciones del panorama
Más allá –la poesía no tiene género: lo es o no–, incidiría en la presencia de buenos libros en todas las generaciones del panorama. De novísimos como Carnero y De Cuenca; ochenteros como Benítez Reyes (dos libros este año); y jóvenes, que no dejan de deparar sorpresas. Basta con fijarse, por no hablar de sellos clásicos, en los catálogos de La Bella Varsovia, Ultramarinos o La Isla de Siltolá y en colecciones como Adonais, al alza.
Volviendo a los galardones, mencionaría a algunos ganadores con libros plausibles como William González Guevara (Hiperión), Rodrigo Olay (Emilio Prados), Juan Vicente Piqueras (Ciudad de Lucena), Pedro Flores (Generación del 27)…
Luis Antonio de Villena dio a la imprenta un controvertido libro sobre su amistad con Francisco Brines que contrasta con la emocionante elegía que le ha dedicado Vicente Gallego. Polémicas han resultado también las memorias albertianas de María Asunción Mateo. ¡Menuda polvareda!
No quisiera olvidar cinco perspicaces ensayos de poesía: Diez ventanas, de Jane Hirshfield; Ensayos completos, de Louise Glück; El sueño cumplido, de Eloy Sánchez Rosillo; Contra los influencers, de Martín Rodríguez-Gaona; y Jacob y el ángel, de José Luis Rey.
Cerrado el plazo para enviar las listas, siguen llegando a mi mesa nuevas entregas. Tan interesantes como Cuando hable el gato, de Álvaro García, otro que regresa, y La imperfección de la belleza, del sigiloso Carlos Medrano. E la nave va.