'Bajo tierra seca', de Pérez Gellida: la novela ganadora del Premio Nadal rebosa acción y venganza
El autor, célebre entre los seguidores del género negro, pergeña un folletín repleto de situaciones luctuosas que incurre en algunos anacronismos.
2 marzo, 2024 02:26El Premio Nadal de Novela es uno de los más afianzados en nuestro país desde que en su primera edición (1944) recayera en una joven –Carmen Laforet– que pasó a formar parte de la Historia de nuestra literatura. El trabajo por el que lo recibió –Nada– era una obra de corte existencial. En su primera etapa, el Nadal premiaba a escritores de calidad y no necesariamente conocidos, como revelan algunos ejemplos paradigmáticos: Sánchez Ferlosio lo obtuvo por El Jarama en 1955; Carmen Martín Gaite, por Entre visillos en 1957, y Ana María Matute por Primera memoria en 1959.
A partir de 1996, el Grupo Planeta se hizo con el sello de Destino e imprimió un carácter más comercial al certamen. Desde entonces, el Nadal recae en un escritor de trayectoria consolidada. En este contexto hay que situar la concesión del premio a Bajo tierra seca, la novela con la que César Pérez Gellida (Valladolid, 1974) se presentó a su 80 edición.
Pérez Gellida es un autor célebre entre los seguidores del género negro. Codirector, junto a Dolores Redondo, del festival literario Blacklladolid, es, además, autor de trece novelas, una de las cuales –Memento mori (2013)– acaba de ser adaptada como serie de televisión.
Bajo tierra seca cuenta una historia que tiene lugar en 1917 en una hacienda de Extremadura. Son tiempos difíciles en los que la pobreza y la hambruna se ceban con la población mientras Europa es el escenario de la Primera Guerra Mundial. Antonia Monterroso, conocida como la Viuda, trata de conservar su finca a pesar de los problemas por los que atraviesa el mundo rural. Pero un incendio destruye la propiedad y ella desaparece de la faz de la tierra.
El teniente de la Guardia Civil Martín Gallardo, un hombre curtido en las batallas más duras, se desplaza hasta la comarca para iniciar la investigación y esclarecer el caso. Unos días antes de que se declarara el fuego, la propia Monterroso había denunciado a Jacinto Padilla por la sustracción de joyas y dinero. El hombre, que había sido capataz del rancho, amante y confidente de la viuda, es apresado en la estación de Zafra. En el interrogatorio, confiesa cómo era la vida al lado de su patrona y las atrocidades que tuvo que cometer para subsistir, de modo que la historia se enreda en una cadena de sucesos trágicos.
La protagonista es una mujer fuerte que dedica su vida a vengarse de cuantos la explotaron cuando estaba indefensa
La novela de Pérez Gellida es esencialmente un folletín rebosante de acción y de situaciones luctuosas que asoman al argumento por doquier. La protagonista es una mujer fuerte, de pasado aciago, que dedica su vida a vengarse de cuantos la explotaron cuando era débil y estaba indefensa. Para ello, no duda en mentir ni en manipular a cualquiera que se encuentra en su camino. Aunque está creada sobre la base de un ser real, Antonia no es un personaje redondo sino un estereotipo en manos del autor.
En el libro no hay un estudio psicológico de los individuos y los diálogos responden, a menudo, al interés del creador, de modo que resultan faltos de naturalidad, librescos e inverosímiles. Además, el narrador está demasiado presente, dirigiendo al lector, y muchas veces hace uso de expresiones manidas y de coloquialismos propios de un lenguaje actual que los hace incoherentes.
La trama, finalmente, recoge situaciones (sobre empoderamiento femenino, sexo y adicciones, por ejemplo) que responden al gusto de cierto receptor contemporáneo, e incluso reivindicaciones feministas descontextualizadas del tiempo histórico de la intriga.