La nota dominante de la narradora y ensayista surcoreana Han Kang, Premio Nobel de Literatura 2024, es una radical interiorización psicológica. Foto: Paik Dahuim

La nota dominante de la narradora y ensayista surcoreana Han Kang, Premio Nobel de Literatura 2024, es una radical interiorización psicológica. Foto: Paik Dahuim

Letras

Las novelas internacionales de 2024: mirar hacia dentro de uno cuando el mundo colapsa

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El peligro que acecha a las listas de los mejores libros del año elaboradas por la crítica literaria, en estas fechas, podría ser el triunfo de la inmediatez o la eficacia de una buena promoción. Cierto también que al seleccionar determinadas obras se pueden aventurar tendencias o coincidencias emocionales, aunque paradójicas, con el momento que estamos viviendo.

Ante el azote de la violencia y la incertidumbre en el mundo, la mejor ficción extranjera pone este año su mirada en el análisis de los seres humanos particulares. Cierto que en su contexto social, pero en la lucha para que lo exterior no ahogue su individualidad. El retrato del héroe de Murakami, los personajes de los relatos de Saunders, el extraordinario dibujo de Baumgartner, de Paul Auster, los hermanos protagonistas de Intermezzo, de Sally Rooney o el ama de llaves victoriana de Zadie Smith marcan el deseo del público de encontrarse con matizados estudios de caracteres.

Una radical interiorización psicológica resulta ser también la nota dominante de la escritora surcoreana Han Kang, Premio Nobel de Literatura 2024. Si Han Kang no ha entrado en las listas con Imposible decir adiós es, tal vez, porque la comprensión de una autora o autor lleva cierto tiempo y Kang es una novelista dotada de un raro fuego frío, permitan el oxímoron. Marguerite Yourcenar llevaba esta idea al extremo cuando decía que a un autor no se le podía valorar hasta que se conocieran sus obras completas. En la selección de El Cultural solamente en la sátira política sobre la Norteamérica contemporánea de David Leavitt se deja constancia evidente del mundo político.

Salvo Murakami y Cartarescu, en nuestra lista, sobresalen los anglosajones. En esa medida bien podrían estar también Richard Ford con Sé mía, o Marianne Wiggins con su magnífica Las propiedades de la sed. No ha sido momento para obras francesas ni italianas, aunque se han traducido este año a Erri de Luca, al Goncourt 2023, Jean Baptiste Andrea, a Vuillard o a Leila Slimani y Annie Ernaux, en el seguimiento de los textos de ambas que viene haciendo Cabaret Voltaire. La excelente novela de la autora finlandesa en lengua sueca Monika Fagerholm, ¿Quién mató a Bambi?, ha sido publicada por la editorial Nórdica.

Descubrir autoras no tan conocidas es el objetivo de Tránsito, que ha publicado recientemente Un gran señor, de la notable escritora francesa Nina Bouraoui. Aunque llegará a España la próxima temporada, el Premio Goncourt 2024 ha sido concedido al autor argelino Kamel Daoud por Houris, sobre la guerra civil de los años 90 en Argelia. El libro ha sido prohibido en el país natal de Daoud.

Las autoras irlandesas (Maggie O’Farrell, Sally Rooney) siguen sorprendiendo

Hay que destacar que las jóvenes y brillantes autoras irlandesas siguen sorprendiendo. La distancia que nos separa, de Maggie O’Farrell (Libros del Asteroide), aunque no ha entrado en la lista, y Sally Rooney con Intermezzo, demuestran que hay una generación de escritoras irlandesas de mucho talento, a la que también pertenecen Eimar McBride y Lisa McInerney.

Los fallecimientos de autores siempre son tristes, pero dejan sus huellas en su obra. En la escena internacional, este año, nos han abandonado, entre los más conocidos en nuestro país, Paul Auster, Alice Munro, la dramaturga y novelista Edna O'Brien, el poeta John Burnside, el autor albanés Ismael Kadaré, la escritora siciliana de cien años Goliarda Sapienza, la gran francesa guadalupeña Maryse Condé y los también franceses Annie Le Brun y Bernard Pivot.