Cuba santa
R. Orozco y N. Bolívar
2 mayo, 1999 02:00En este escenario comienza la historia que narra este libro, la de cómo se fueron mezclando a lo largo de los siglos las culturas de tres continentes distintos para dar forma a la religiosidad de Cuba, surgida de una sociedad mestiza que unió una larga lista de dioses y profetas, pasados y presentes: santa Bárbara y Changó, Jesucristo, Olofi, Marx y Martí, obispos y "babalawos", Tata Nganga y espiritistas. Luego, como dice la canción, llegó Fidel y se armó la revolución. Pero el ajiaco colectivo, el gran puchero cubano, continuó guisándose, añadiendo a sus ingredientes santeros, paleros, abakúas, espiritistas, católicos y judíos, un elemento más, los comunistas.
Tras la lectura de las muchas páginas del volumen, surge clara una idea: la impresionante capacidad de supervivencia que han demostrado los negros para conservar durante cinco siglos los ritos y creencias ancestrales que viajaron junto con los esclavos en los barcos negreros. La Regla de Ocha o Santería, la regla de Palo Monte o las Sociedades Secretas Abakuá son cultos nacidos al amparo de la Iglesia católica, utilizada muchas veces para disfrazar sus verdaderas creencias. De todos ellos y de muchas cosas más se habla extensamente en este libro.