Este libro es, con mucho, el mejor sobre la generación beat. Loca sabiduría es un repaso a los veinte años que formaron y abrieron aquel grupo que, entre seguidores y detractores, se ha convertido en uno de los más activos mitos literarios del siglo XX

A lo largo de los años he leído algunos libros sobre la Generación Beat (guardo, por ejemplo, muy buen recuerdo del de Fernanda Pivano, Beat, Hippie, Yippie) pero confieso que éste de James Campbell -británico especializado en literatura norteamericana- me ha parecido, con mucho, el mejor. Loca sabiduría. Así fue la Generación Beat es un repaso a los veinte años que formaron y abrieron aquel grupo que, entre seguidores y detractores, se ha convertido en uno de los más activos mitos literarios del siglo XX, mito que no se ha cerrado aún...

El gran mérito de James Campbell es haber hecho un libro meticulosamente erudito (más de cuarenta páginas de notas, para quien le interese) pero contando la historia y analizando los temas como si la narración de una apasionante novela sobre gente anticonvencional, díscola y que busca la sabiduría (como William Blake o Arthur Rimbaud) en alguna forma del desarreglo de los sentidos, fuera ocasionalmente interrumpida, por cortos y específicos ensayos que complementan esa narración.

Así, en medio de las iniciales andanzas neoyorquinas de Jack Kerouac, Allen Ginsberg, William Burroughs y Lucien Carr (el joven maldito que mató a su amante) aparece un breve capítulo sobre el origen negro -jazz y cultura afroamericana- de los iniciales términos de la generación, al principio jergales, como hipikat (alguien sabio) que daría hipster.

La enorme amenidad con que se lee este libro de James Campbell (casi un ensayo novelado) no es óbice, como avisé al principio, para que esté lleno de contrastada información y de análisis. El mundo beat -lo que propiamente puede llamarse así, la palabra se la aplicó a la generación Jack Kerouac en el año 1949- se desarrolla entre 1940 y 1960. Y éste es el tiempo que, básicamente, cumple el libro. Vemos en él cómo los beats pasaron lo más atractivo, ruptural y terrible de sus vidas voluntariamente heterodoxas, precisamente en los años cuarenta y cincuenta, a menudo cuando aún no habían publicado nada, pero ya se habían recorrido Estados Unidos en coche y tren, habían probado drogas, paseado por los filos de la homosexualidad o la bisexualidad (Neal Cassady) o por la cura y asombro de la psiquiatría...

Cuando se editan los dos libros básicos de la generación, On the road [En el camino], la novela de Jack Kerouac (1955) y Aullido y otros poemas de Allen Ginsberg (1956), ambos textos pertenecen, en muchos sentidos, al pasado de sus autores, a lo que había sido su vida casi diez años antes...

Siempre en busca de la ruptura, de la experiencia límite y a veces bordeando la delincuencia -o su compañía- los beats originales ampliaron filas en San Francisco (Lawrence Ferlinghetti, Gary Snyder, Gregory Corso) al tiempo que extendían horizontes en Tánger (la libertad de la mala vida), París, a la que reclamaron siempre como cuna del malditismo literario, y en el viaje a Oriente -físico o mental- que mezclaría el existencialismo absurdo y desgarrado del principio, el alcohol y la droga, con el budismo, y especialmente con su variedad zen. Pero en ese momento (primeros años sesenta) el beat se había convertido en beatnik, y la primera marginación se aliaba con lo que empezaba a formarse en lo que sería el colorista mundo californiano de la contracultura...

No faltan, por supuesto, en Loca sabiduría algunas de las anécdotas o tragedias más emblemáticas del mundo beat (además de las drogas y el sexo). Por ejemplo, la imagen -recurrente para Jack Kerouac- de Neal Cassady desnudo. Emblema de libertad, desinhibición y sexo abierto. El encuentro de Ginsberg con el joven y pandillero Gregory Corso. éste le dice que, desde su apartamento, ve enfrente a una pareja que hace el amor en la ducha. Casualmente son el propio Ginsberg y una ocasional amiga. Y Allen le dice a Corso (y ahí empieza su amistad): "Soy mago. ¿Quieres conocer a esa chica?". O la muerte de Joan Vollner -la mujer de William Burroughs- por un aparentemente casual disparo de éste, jugando a Guillermo Tell, en un garito de la Ciudad de México, donde intentaba vender un revólver... El conocimiento a través del desarreglo de los sentidos.

William Burroughs frío, Jack Kerouac -el primero en fama- demasiado ardiente, Allen Ginsberg, payaso divino y libérrimo. Neal Cassady, el mito de la vida libre. La consecución de "la gran novela americana", el apetito sagrado por la marginación, la furia de Auden y los poetas de otro estilo. El amor sin frontera y la vida sin fronteras. James Campbell no juzga, aunque simpatiza. Ofrece en Loca sabiduría. Así fue la generación beat el amplio panel de un mundo locamente sabio -opuesto a la norma- del que mucha juventud (directa o indirectamente) sigue bebiendo en abundancia.