Image: Juan Eslava Galán

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Ensayo

Juan Eslava Galán: "Nos han engañado los historiadores mendaces casados con el poder"

28 noviembre, 2002 01:00

Juan Eslava Galán, por Gusi Bejer

Pregunta: ¿Qué abundan más en su libro, los santos o los pecadores? Respuesta: Mitad y mitad, a veces los que creen ser santos son los peores pecadores. P: ¿Cuánto tiempo ha tardado en prepararlo? R: El libro apenas dos años, pero la colección de cromos y tebeos y postales de la que nace tiene 23 años, y 50 algunas de las de mis amigos que también consulté. P: ¿La nostalgia es un error? R: En general sí, siempre estamos mejor de lo que estuvimos. P: ¿Qué le sorprenderá más a un joven de 2002 de esta obra? R: Los capítulos de los años 40 y 50. Les resultará difícil creer que en ese tiempo, por ejemplo, los obispos dictaran la moda femenina. P: ¿No siente que en alguna de las fotos del libro, como la del capador de cerdos Vicente Alegre, o la del verdugo, hay toda una novela? R: Sí, pero es que los novelistas tenemos la tentación, incluso subidos en el autobús y viendo a la gente pasar, de novelarlo todo. Cada foto tiene su propia novela. P: ¿Y en las de su familia, como la de Juan Eslava Castro, “maestro nacional, herrador, propietario de una fábrica de aceite...”? R: También. Fue un tío abuelo mío que tuvo una vida que fue una novela. Siempre le he admirado, así que incluir esa foto es un pequeño homenaje. P: ¿Se entiende el siglo XX español sin la Iglesia? R: No, en realidad desde el siglo III no se puede entender la historia de España sin la Iglesia, para desgracia de España generalmente. P: ¿Y sin la censura? R: Tampoco, en este siglo ha sido determinante y lo sigue siendo. P: ¿A qué se refiere? R: A que sigue habiendo censura a los medios en algunos temas, y la peor de todos, la autocensura. P: ¿Usted la ha sufrido? R: Sí. En la época de Franco llegaron a mutilarme el 30 por ciento de un artículo, y hace poco tiempo, siete u ocho años, también. Y me autocensuro, como todos. P: ¿En qué diferencia su libro de los de Luis Otero o Sopena? R: Los admiro a los dos y me encantan sus libros. El mío es una historia amable pero incisiva y seria de los españoles, no de España, mientras que ellos acotan aspectos parciales de nuestro pasado. P: ¿Qué fue, en dos líneas, lo mejor y lo peor de los años 60? R: Lo mejor, que éramos jóvenes. Lo peor, todo lo que arrastrábamos, ese túnel de 40 años de censura, falta de libertad, represión... P: ¿Y de los 70? R: La salida de ese túnel. Fue la década que nos dejó sin aliento, la que nos condujo a la España de las libertades. En realidad empezó con la muerte de Carrero Blanco en 1973 y terminó con los socialistas en el poder en 1982. P: ¿Cuál es su etapa preferida? R: Tengo especial cariño por los años cincuenta, no sé si porque era un niño, o porque recuerdo un país de gente básicamente buena que intentaba subsistir en medio de las dificultades. Quizá por mis padres también, por tantos padres que aplazaron su felicidad para que los demás tuvieramos futuro. P: ¿Y cuál es su época favorita de la historia de España? R: El siglo XVIII, con esa pléyade de ilustrados que intentaron acercarnos a Europa y cuyo esfuerzo se fue al traste. P: Volviendo al libro, ¿contra Franco se vivía mejor? ¿Se escribía al menos mejor? R: En absoluto. Piense en todos esos escritores que no podían publicar con Franco por la censura y que tras su muerte siguieron inéditos, sin escribir, perdidos en sus tertulias y sus brindis al sol. P: ¿Para cuándo una nueva novela? R: Ando a vueltas con una, para primavera. ¿Título y tema? El título es lo último que pongo, pero el tema será la guerra civil, me apasiona desde hace tiempo. P: ¿Ha encontrado ya al unicornio aquel que persiguió en el libro con el que ganó el Planeta? R: Me temo que no. Hemos cartografiado el mundo de tal manera que no hay nada que descubrir. Ese es nuestro mayor problema, que ya no tenemos mundos desconocidos. Me temo que ya no existe el unicornio. P: Es autor de una Historia de España para escépticos. ¿Para cuando una para quijotes? R: El español se ha dado siempre contra las puertas por su quijotismo. A pesar de los pésimos gobiernos que hemos sufrido siempre (nos llevamos la palma, comparados con el resto de Europa), hemos sido siempre un pueblo fiel. Con ese libro, como con Santos y pecadores, intento romper parte de las estampitas con que nos han engañado los historiadores mendaces casados con el poder. P: ¿Y qué predomina en usted, el escepticismo o el humor? R: El humor escéptico. La verdad es que no soy capaz de escribir sin humor.