Ensayo

Elogio del calígrafo: ensayos sobre arte

José Ángel Valente

2 enero, 2003 01:00

G. Gutemberg, 2002. 208 páginas, 15’87 euros

Además del poeta "necesario" que fue José ángel Valente (Orense, 1929-Ginebra, 2000), su escritura abordó otros ámbitos y no como un empeño lateral o con menor exigencia que en sus poemas. Libros como Las palabras de la tribu (1971), Variaciones sobre el pájaro y la red (1991) o su imprescindible estudio sobre Miguel de Molinos están entre las reflexiones más lúcidas sobre la literatura escritas en nuestro país. Menos abundante, pero no menos instructiva, fue su mirada sobre el arte. Como en los casos citados, estos textos de Valente, sus elecciones y su manera de abordarlas son también una autobiografía intelectual y moral que se refleja en el espejo de las obras de otros. Valente trabajó los últimos meses de su vida en reunir las piezas más significativas de sus reflexiones sobre arte y las reunió bajo el título de una dedicada al oficio de su padre.

Algunos de los textos de este volumen se encuentran entre las aproximaciones más valiosas que se han escrito sobre Chillida, Tàpies o Mark Tobey. En estos casos, el poeta es capaz de construir interpretaciones reveladoras del sentido del trabajo del artista. La reiteración de determinadas claves: el vacío y el silencio imprescindibles para la obra de arte, la convergencia de oriente y occidente en el terreno de la creación, la convergencia también de lo artístico y lo religioso... constituye ese reflejo de sí mismo al que antes me referí. Hay también otro tipo de textos, inspirados en obras o autores, que son también como textos poéticos: los destinados a Vicente Rojo, por ejemplo. Los menos, y no son los menos interesantes, son aquellos en que la crítica de arte puede considerarse, como escribió Borges de la metafísica, una variedad de la literatura fantástica. Entremezcladas, aparecen evocaciones de Almería. Por último, figuran también dos largas conversaciones, intensas como un ensayo dialogado, con Chillida y Tàpies. Lo que más me importa dejar claro al lector es que no se trata de un libro de crítica de arte, ni siquiera sobre arte, sino una serie de meditaciones que atraviesan nuestra cultura guiadas por un genuino impulso poético.