American vertigo
Bernard-Henri Lévy
22 noviembre, 2007 01:00Bernard-Henri Lévy. Foto: Justy García
No es fácil entender el mundo sin conocer Estados Unidos. Bienvenido por tanto un libro cuyo primer objetivo es describir la América que su autor contempla tras viajar, siguiendo los pasos de Alexis de Tocqueville, por ella durante un año. Bernard-Henri Lévy, BHL como se le designa en Francia, nace en Argelia en 1948 en el seno de una familia judía de comerciantes que le deja en herencia sólidas posiciones en distintos consejos de administración que, con independencia de su propio trabajo, le convierten en millonario.BHL comienza a figurar en la aparatosa nómina de los intelectuales franceses cuando a mediados de los setenta saltan a la fama "los jóvenes filósofos", un grupo al que Jean-François Revel en sus Memorias (aquí reseñadas) denomina "falsa escuela, heteróclita, chapucera y volátil, forjada por el genio publicitario de BHL". Lo cierto es que al menos tres de sus miembros, Benoist, Glucksmann y BHL han de-sarrollado una obra que no puede ser obviada por alguien que desee estar informado de lo que se cuece en el pensamiento actual.
En el caso de BHL, cuyos orígenes intelectuales están en el pensamiento maoísta de mayo del 68, su deriva intelectual hacia el liberalismo ha sido significativa. Su sólida formación filosófica se ha conjugado a lo largo de su obra con una brillante superficialidad de la que Raymond Aron se quejaba amargamente cuando en 1977 apareció La barbarie con rostro humano, una de sus obras más significativas y valientes. Ese brillo, mezclado con dosis de oportunismo, disputa ideológica y con la envidia provocada por sus relaciones con auténticas bellezas se ha traducido en las tartas que tanto en Francia como en Bélgica le han estampado en la cara.
En 1831 Alexis de Tocqueville viaja a Estados Unidos para estudiar su sistema penitenciario y su organización política. La consecuencia de dicho viaje es La democracia en América, un libro que ha pasado a ser un clásico de la ciencia política y de la sociología. Ciento setenta y tres años más tarde BHL es invitado por una revista prestigiosa estadounidense, "The Atlantic Monthly", a seguir los pasos de Tocqueville y escribir en forma de reportaje sus impresiones. De dichos reportajes procede este volumen, escrito en francés y publicado en inglés y francés el pasado año.
Se abre American Vertigo con una preocupación ajena a Tocqueville pero que en el año 2004, cuando BHL está viajando y escribiendo, tiene significado. Se refiere el autor al antiamericanismo, un sentimiento tan extendido en España como en Francia y especialmente agudizado a consecuencia de la guerra de Iraq. Pese a que el autor rebate el antiamericanismo, su tono crítico sobrevuela constantemente el paisaje y la sociedad que recorre. Sus incursiones en las prisiones le dan pie para criticar un sistema social que mantiene a casi dos millones y medio de personas en las cárceles. Seres humanos encerrados y pobres en las calles hasta alcanzar la cifra de casi treinta y siete millones. Además BHL contempla obesidad por todas partes. Sobrepeso en la población de todas las edades, géneros, clases sociales y estados. Obesidad en los presupuestos de las películas, en los aparcamientos y, en definitiva, en el gigantismo que domina la vida estadounidense.
El viaje narrado por BHL, con sabor a diario, discurre por la amplia geografía americana pero su recorrido está pespunteado por sus encuentros con personajes, muchos de ellos políticos, de la vida norteamericana. El lector asiste a la decepción que le producen el senador demócrata John Kerry, William Kristol o Karl Rowe. En la comida con el profesor de Harvard Samuel Huntington también aflora el desacuerdo cuando BHL trata de convencerle de que Estados Unidos, Israel y Francia tienen en común estar "fundados en un Credo". Por último, su visión del ejército estadounidense. Magnífico en su Aviación y en su Marina pero pésimo en su Ejército de Tierra compuesto de inmigrantes, de minorías y, en consecuencia, de gente sin motivación alguna. Una visión de Estados Unidos que tendría más interés si BHL no abusara tanto de la descripción, fuera menos petulante y utilizase la seriedad política y sociológica que en su día inspiraron las páginas del gran ensayo de Alexis de Tocqueville.