La España laica
Rafael Díaz-Salazar
2 octubre, 2008 02:00España, como afirma Rafael Díaz-Salazar con éstos entre otros datos como telón de fondo, es "una sociedad 80:20 [la minoría rige sobre la mayoría]". A los once millones de católicos practicantes mayores de dieciocho años estimados por el CIS en sus encuestas, hay que añadir los miles de adolescentes y jóvenes católicos practicantes. Parece evidente que los católicos y la Iglesia se apoyan en una base social de enorme relevancia.
Esta identidad colectiva religiosa, básicamente católica, contrasta, como leemos en estas páginas, con un partido socialista en el poder que proviene de una larga tradición anticlerical. Para el PSOE el catolicismo no es, ni ha sido, desde el punto de vista cultural y sociopolítico, relevante. Su posición política ha permanecido muy alejada de los partidos socialdemócratas de la Internacional Socialista. El PSOE ha dado prioridad a otras alianzas con la sociedad civil como el movimiento gay o ciertas formas de feminismo que, en opinión de Díaz-Salazar, son demandadas por una burguesía progresista y anticlerical cuya musculatura mediática ha ganado mucha potencia en estos últimos años.
La tensión izquierda-Iglesia marca este libro cortado con los mejores patrones del rigor y la objetividad académica. Díaz-Salazar es profesor titular de Sociología en la Complutense, y desde la publicación de su tesis doctoral El proyecto de Gramsci (Anthropos, 1991) hasta la aparición de Democracia laica y religión pública (Taurus, 2007) sigue una interesante línea de investigación en torno a los problemas que para un sociólogo de la religión plantea el cristianismo en el cambio social y cultural.
Díaz-Salazar plantea este volumen como un análisis de la construcción de la laicidad en España. Para ello articula una estructura en tres capítulos. En el primero trata el laicismo en Europa y presenta una tipología de los diversos con especial atención al caso francés e italiano. En el segundo hace historia del laicismo en España, estudia el contexto actual y pasa revista a las concepciones de laicismo imperantes en algunos partidos políticos. En el tercero plantea una atrevida propuesta para construir una Alianza de Culturas desde la cual establecer una España laica.
El ambicioso propósito del autor destinado a trazar una Alianza de Culturas se apoya en la conocida propuesta de Habermas con la que busca consensuar una "tolerancia activa" que articule las distintas culturas públicas. Para orquestar una pluralidad capaz de asumir tanta diversidad, nuestro autor lanza diez propuestas de índole moral y ciudadana cuyo objetivo final es "construir un espacio público habitable para todas las culturas e instituciones".