Image: 1492. El nacimiento de la modernidad

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Ensayo

1492. El nacimiento de la modernidad

Felipe Fdez. Armesto

14 mayo, 2010 02:00

Cristóbal Colón, por L. Pang

Debate. Barcelona, 2010. 400 páginas, 22'90 euros.


Una de las características de la historia es su tendencia a responder, mediante el análisis del pasado, a las preguntas e inquietudes de cada momento. En el mundo en que vivimos resultaba ineludible por ello que surgiera la demanda de una historia global, más allá de los planteamientos propios de cada civilización que han dominado la historiografía. Nuestras sociedades, cada vez más multiétnicas, no pueden contentarse con la explicación eurocéntrica de la historia, lo que parece abocarnos a una revolución sin precedentes en la ciencia histórica, íntimamente unida desde su nacimiento en Grecia al mundo occidental, y vinculada en los últimos siglos a las sociedades más ricas del planeta, también occidentales, aunque hay indicios de que no será así por mucho tiempo.

En cualquier caso, la propuesta de una historia global está aún en mantillas y plantea de momento más interrogantes que respuestas. ¿Cuáles son sus objetivos y métodos? ¿Y su periodización? ¿Podemos seguir operando con las divisiones tradicionales de las edades y periodos históricos, procedentes todas ellas de la experiencia histórica de Occidente? ¿Es aplicable a periodos históricos que estaban muy lejos de la interconexión actual?

El libro de Felipe Fernández-Armesto (Londres, 1950), autor bien conocido por el público español, no entra en tales cuestiones, limitándose a recorrer su mirada por el mundo existente al comienzo del gran proceso de interconexión planetaria iniciado en 1492. Se trata de un bello ejercicio narrativo destinado al gran público, que pone el acento en un año concreto, ciertamente muy importante, aunque lo no lo sea tanto el año cuanto la época, ese periodo de comienzos de la modernidad -otro concepto estrictamente occidental- tan rico en acontecimientos y novedades. Fernández-Armesto es un magnífico historiador, que a su amplia formación y conocimientos une una facultad extraordinaria: su formidable capacidad para el relato histórico, su facilidad para contar el pasado de forma inteligible y atractiva, lo que constituye un don poseído por muy pocos aunque admirado por casi todos.

No obstante, un planteamiento tan amplio implica riesgos como la simplificación o la superficialidad, pues no resulta posible conocer por igual todas las culturas y tratar con idéntica precisión cuestiones tan variadas. 1492 fue un año enormemente significativo pero, en realidad, el único hecho de carácter global que tuvo lugar en aquella fecha fue el descubrimiento de América, que inició en buena medida nuestro mundo. Algo tan importante que Felipe Fernández-Armesto no es el primer historiador que escribe bajo la fascinación de aquella fecha, especialmente decisiva desde la perspectiva hispánica pues, además de la gesta colombina, fue el año de la conquista de Granada y la expulsión de los judíos.

El significado indudable de 1492 da pie al autor para recorrer las civilizaciones existentes a finales del siglo XV en los distintos continentes, en un viaje apasionante y ampliamente documentado, que recorre -frecuentemente de la mano de viajeros reales- Europa, África, Asia y el nuevo continente, América, algo imposible de realizar por quien no tenga un gran dominio de la época y los hechos que describe.

Surgen así los Reyes Católicos, la diáspora de los judíos y los rebeldes granadinos, los reinos africanos al sur del Sahara, el reino cristiano de Etiopía, la expansión por África del cristianismo y el Islam, la Florencia de Lorenzo el Magnífico -muerto en 1492-, Polonia, el principado de Moscú, China, Japón, Corea, el Índico, las islas Canarias, los imperios azteca e inca y otras realidades de aquellos años. El resultado final es un buen libro, en el que el lector no solo encontrará conocimientos de civilizaciones y espacios distintos de todo el planeta, sino que disfrutará con la prosa ágil y amena que caracteriza la relevante producción historiográfica del autor.