Lealtad y traición
Franziska Augtein
12 noviembre, 2010 01:00Jorge Semprún. Foto: Iván Giménez - Tusquets Editores
Como lo indica el subtítulo, Jorge Semprún y su siglo, la biografía del escritor español constituye el hilo conductor para adentrarse en algunos episodios significativos del extraño siglo que concluyó no hace mucho e incluso de temas inherentes a la condición humana de todos los tiempos, tales como el papel de la literatura en la vida de quien se ha formado entre libros, la tendencia a percibir sólo una parte de la realidad por parte de quien se consagra a la acción o. en un registro más terrible, los dilemas del militante que se enfrenta a la tortura. Cada capítulo empieza con una breve alusión a un personaje o episodio alemán ajeno a la vida de Semprún pero que contribuye a enmarcarla en los dramas de su época. Algunas de estos pequeños fragmentos, como el protagonizado por el padre de la autora, soldado en el frente del Este, hostil al nazismo e ignorante del holocausto judío que acontecía en su entorno, tienen la misma fuerza expresiva que los episodios secundarios en un manuscrito miniado medieval.
En un estilo que se aleja bastante de la biografía convencional, Augstein se esfuerza por dar vida a los diferentes entornos en los que sucesivamente se movió su personaje, a quien ha entrevistado en profundidad. Hay páginas espléndidas sobre el joven español que se enfrenta a la ocupación alemana en los bosques de Borgoña y desarrolla una fascinación por las armas; sobre el modo en que se enfrentó a la tortura, cuya atroz lógica entiende bien; sobre su supervivencia en el campo de concentración de Buchenwald; sobre el ambiente de los jóvenes intelectuales comunistas entre los que Semprún se movió en el París de la posguerra; o sobre su misión clandestina en la España de los años cincuenta, un ambiente que la autora demuestra conocer mucho mejor que el de la España de los años treinta. Demuestra además una notable capacidad para comprender las reglas de la actividad clandestina, en la que Semprún era un maestro, aunque cometió también errores que le pudieron haber costado caros ante un enemigo más eficiente que la policía política franquista.
En resumen, Franziska Augstein no ha agotado el tema y deja campo libre para nuevos biógrafos de Jorge Semprún, pero hace un retrato inolvidable de uno de los grandes españoles de su siglo.