Ensayo

Andy Warhol. Entrevistas

Kenneth Goldsmith

17 diciembre, 2010 01:00

Traducción de F. Esteve. Blackie Books. 559 pp., 26 e.


Este tomo (bien prologado y planteado) recoge 37 entrevistas -alguna inédita- de las miles que se hicieron a Andy Warhol (1928-1987) a lo largo de su muy famosa vida, entre sus inicios como pintor pop en 1962 y poco antes de su casi inesperada muerte, tras volver de Milán, donde había expuesto en una muestra homenaje.

Por supuesto hay entrevistas de todo percal, pero quien varía muy poco es el entrevistador, a ratos ocurrente, pero generalmente huidizo, tímido o desinteresado, lo que el editor interpreta como una habilidad de Andy para jugar con el entrevistador o darle la vuelta al papel de entrevistado. En cualquier caso ale a relucir un personaje raro, aparentemente nada engreído, al que casi todo parece darle igual, a caballo ambiguamente entre las motivaciones intelectuales que algunos le buscaban y que él negaba siempre. Warhol fue un enorme moderno porque entendió el todo para todos, y él mismo se quiso situar en la nada o en la confusión que resultaría del Popismo, como tituló uno de sus libros, menos brillante que Mi Filosofía de A a B y de B a A (1975). Casi todas las frases célebres de Warhol -muchas más entendibles en su contexto- salen de ese libro o de las entrevistas que concedía con facilidad pese a asegurar que no le gustaba el género.

Hay dos momentos (o tres) muy claros en Warhol y estas entrevistas los recogen y comentan: sus años de fama como pintor pop y creador de cine underground, es decir los 60 y primeros 70, sin duda su gran etapa como creador compulsivo, exitoso y controvertido, -los cuadros con Marilyn y las latas de sopa Campbell. Su etapa de los 70 (sobre todo finales) como gurú de la moda y personaje de la movida neoyorquina, a la vez marginal, chic y glamuroso -Studio 54 y las múltiples fiestas- aunque él siempre dijo no haber probado las drogas que lo rodeaban. Y su época final cuando, sin abandonar su muy mediático carisma (pero muy humilde) vuelve a la pintura. En medio del personaje enigmático, católico algo oculto, homosexual casi casto y amante de los chicos guapos (como compañía) y de las drag-queens, aquellas frases que le han llevado a la posteridad y que sonaron raras y modernas, la mayoría dichas en los 60: "Creo que todo el mundo debería ser una máquina", o "En el futuro todo el mundo será quince minutos famoso", sin olvidar otras más cercanas como "No quiero que mi arte tenga un estilo" o "Es durísimo mirar el espejo. No se ve nada." En todas ellas no sólo está Warhol al completo sino su uso y teoría del arte pop. Algunas entrevistas pueden ser muy repetitivas. Así que permítanme recomendarles. Si se le quiere oír hablar de arte hay que ir la 34. Si en banal cháchara léase la 36. Si se busca un Warhol algo obsceno, la 30, durante una cena con Burroughs. Y el Andy de sus inicios creativos (el más fresco y tímido) puede hallarse desde la entrevista 1 hasta la 21. El inicio es pop warholiano puro: "Pregunta: ¿Qué es el arte pop? Respuesta (de Warhol) : Sí."