Image: 44 cartas desde el mundo líquido

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Ensayo

44 cartas desde el mundo líquido

Zygmunt Bauman

7 octubre, 2011 02:00

Zygmut Bauman. Foto: Justy García Koch

Traducción de Marta Pino. Paidós. Barcelona, 2011. 213 páginas, 18 euros

En 2010 Zygmunt Bauman recibió el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades. Ese mismo año la Universidad de Leeds, de la que forma parte como Catedrático Emérito, inauguraba en su honor The Bauman Institute, un centro dedicado al estudio de los problemas sociales. Nacido en 1925 en Polonia, Bauman ha sufrido los embates de nazis, comunistas y antisemitas. Quizá esos años de maceración y sufrimiento hayan contribuido de modo decisivo a su excepcional capacidad de análisis del mundo que comienza a cristalizar en el último tercio del siglo XX y que se confirma en la primera década de nuestro siglo.

Su análisis del paso de la modernidad tal como era entendida en la Ilustración a la "modernidad líquida" (liquid modernity) ha sido estudiado en las Facultades de Sociología de todo el mundo y ha servido al ingente número de sus lectores para entender, entre otras muchas cosas, la influencia del cambio y de la incertidumbre crónica en sus vidas.

En esta su última entrega Bauman procede de un modo similar a sus anteriores libros. Elige un tema y hace de él un libro, en general más corto que largo, que puede ser leído en el tren, en el autobús o encima de una mesa con un lápiz para subrayar y anotar en los márgenes. El amor, el miedo, la globalización, la identidad o Europa han sido algunos de sus éxitos.

44 cartas desde el mundo líquido deriva de un encargo que le hizo a Bauman una publicación italiana, "La Repubblica delle Donne", para que les enviara entre 2008 y 2009 un texto de unas cuatro páginas cada dos semanas. De ahí ésta recopilación en versión "corregida y, en cierto modo ampliada". La cifra, cuarenta y cuatro, es un homenaje, un tanto críptico, a la obra destinada a la liberación de Polonia del poeta judío polaco Adam Mickiewicz.

En estas cuarenta y cuatro cartas Bauman sigue su habitual método constructivo: elige un tema, lo desmonta y lo vuelve a montar, todo ello con un cierto sabor hegeliano, a la vez que lo engloba en su marco teórico. Dicho marco se ancla en su visión de la realidad actual como un mundo "líquido", que no se mantiene rígido ni conserva su forma. Un mundo que Bruce Lee resumía en un consejo recogido por la publicidad: "Be water my friend".

Los temas sobre los que reflexiona Bauman en estas páginas no tienen desperdicio, ya que abordan desde la "soledad masificada" del sujeto del siglo XXI a las dificultades en las relaciones generacionales entre padres e hijos. En el entretanto analiza twitter y las redes sociales, los cambios acontecidos en el concepto de privacidad, el disparatado consumo adolescente, las niñas-mujeres, las élites culturales, el papel de la industria farmacéutica y la salud o los problemas de la educación actual.

No piense el lector que estudiar lo obvio, las cosas que "siempre están ahí" y que forman, como el teléfono móvil, parte de la vida cotidiana son fáciles de analizar. Como escribe Bauman, "su carácter ordinario es una pantalla que disuade de todo escrutinio". Desvelar los misterios profundos y enigmáticos que esconde lo cotidiano requiere una maestría al alcance de muy pocos. Bauman es el gran maestro en pensar, explorar y sacar a la luz las cosas que se encuentran "al alcance de la mano".

Por otro lado, para este sociólogo universal que vive en una frondosa urbanización en pleno Yorkshire, la política no conforma su interés inmediato. En parte por eso no ha sido profeta en su tierra de adopción hasta muy tarde. Cuando Tony Blair se sacó de la manga la Tercera Vía y el Nuevo Laborismo su sociólogo de cabecera fue Anthony Giddens. Quizá estén cambiando ahora las cosas porque el nuevo líder del partido laborista británico, Ed Milliband, se ha confesado admirador de la ingente obra de Bauman.

No usar el teléfono móvil, seguir fumando en pipa y despedir este libro con un capítulo de rendida admiración al espíritu rebelde de Camus, encajan con un pensador del siglo XXI. Un sociólogo que sitúa al lector en una posición desde la que puede entender mejor el cambiante mundo del siglo XXI con mayor nitidez y profundidad. Bauman es un políglota de la modernidad que pese a su ya extensa obra ofrece siempre nuevas perspectivas. Para los incrédulos sólo una comparación, por odiosa que resulte. Léase la obra de Stéphane Hessel y se verá que no hay color.