Escribir un comentario de este libro meses después de su publicación tiene varias ventajas. Una es haber podido leerlo, porque no es ni breve ni fácil. Otra es haber podido leer las críticas que han aparecido sobre él, y comprobar que sus autores o bien sólo habían mirado el índice y salieron del paso con reseñas rutinarias o, lo que es peor, no quisieron hacerle justicia, menospreciando su interés.

Como explica José Jiménez, su editor, el libro surgió como prolongación de un largo compromiso con el arte latinoamericano de hoy. Pero no para trazar una panorámica de dicho arte, sino una panorámica del arte (sus ideas, conceptos e instituciones) desde America Latina. Dar voz a lo que considerábamos "periferia" es asumir el fin del protagonismo del centro. Más aún, es asumir que en las prácticas del arte contemporáneo, las antiguas periferias son ahora lugares centrales en la producción artística. No podía ser de otro modo, porque el canon del arte occidental ha sido erosionado, predomina el mestizaje de la representación y crece la responsabilidad del artista frente a la comunidad. En un mundo en el que las comunicaciones han anulado las distancias y se han convertido en medio artístico, la idea de centro/periferia resulta anacrónica.