Ed. Ekaré, 201432 páginas, 12 euros. (A partir de 4 años)
Reeditar a un clásico como Leo Lioni es siempre un acierto, ya que sus sencillas historias dialogan de tú a tú con el niño y le muestran intuitivamente la esencia de las cosas. Así lo constatamos cuando vemos a la rana Jessica maravillarse por todo lo que encuentra a su paso. A sus ojos, lo más nimio puede convertirse en un preciado tesoro y el lector participará de su entusiasmo al descubrir una piedra extraordinaria por su redondez. Sin embargo, su pragmática compañera le aclara que no es más que un simple huevo de pollo. La carcajada, entonces, no se hará esperar cuando rompe el cascarón y contemplamos, divertidos, que mientras las ranas gritan al unísono "¡Es un pollo!", la ilustración nos muestra un diminuto caimán recién nacido. La sencillez gráfica de Lioni y su devoción por los reptiles se ponen de manifiesto en este microcosmos habitado por encantadores batracios.