Un pueblito perdido en medio del Pirineo, la misteriosa aparición de unos niños congelados en el monte cuyos cuerpos desaparecen inexplicablemente cuando la única testigo va a pedir ayuda, y el ingenio de Flanagan, viejo conocido de nuestros jóvenes lectores, para resolver el caso y conseguir un puesto como detective en la prestigiosa Agencia Biosca. Los años han pasado desde la última entrega y los autores nos muestran a un joven avispado que no pierde el sentido del humor a pesar de enfrentarse al ambiente claustrofóbico de esta localidad en la que todos los personajes parecen ocultar algo. Desde la extravagante vecina que descubrió a los niños, a sus sobrinos que tienen comprada a la policía local y hacen de la brutalidad su bandera, o la eficiente abogada con perfil de mujer fatal. Una trama bien dosificada que atrapa la curiosidad del lector y colma todas sus expectativas.