Novela

Viviré si no me olvidas

Daniel Arenas

31 enero, 1999 01:00

Algaida. Sevilla, 1998. 210 páginas, 2.300 pesetas

"E ste cuaderno contiene mi sombra". Con esta sugerente frase arranca la primera novela de Javier Arenas (1945), extremeño de nacimiento, valenciano de adopción, y poeta, según atestiguan sus tres éditos poemarios:
"Bosques", "Andenes" y "Nubes". Es interesante remarcar este hecho, porque esta primera incursión narrativa del autor le debe mucho a la poesía. No sólo en la voz -su "yo" intimista es, en realidad, un "yo" poético-, también en la casi ausencia de trama argumental, en el planteamiento y, al fin, en esa latente preocupación por precisar la abrupta cartografía de los sentimientos.
Arenas se adentra en un terreno pantanoso: la protagonista de esta historia, aquejada de una enfermedad que la ha dejado sin voz, escribe sus emociones en un cuaderno que contendrá, a su muerte, todo su legado. Desde el principio intuye el lector que el viaje de esta mujer es el último, y que conduce a la muerte. Durante unos meses, la enferma recorre con la escritura los escenarios de la memoria: su relación afectiva con el marido que la abandonó, su amor por los hijos ya mayores, su trabajo como periodista, las ciudades que visitó en sus viajes o su pasión por la música. Más que un diario, lo suyo es un balance de entradas y salidas, un recuento vital. Y un modo de perpetuarse, como los genios en sus obras, como queda claro en el capítulo XXV, justificación del título y de la novela entera.

Los riesgos de una historia como esta puede imaginarlos el lector: caer en el lugar común o cebarse en lo demasiado dramático. Y ni el tópico ni el drama se mantienen, a mi entender, lo lejos que sería deseable de estas páginas. Al final, uno de los hijos de la ya difunta memorista completa la historia contándonos el entierro de su madre. ¿Es este un narrador-editor? Por desgracia, el autor no lo deja claro. Es un colofón de realidad para un texto lírico e intimista: la novela de un poeta.