Novela

Fuera de este mundo

Graham Swift

10 octubre, 1999 02:00

Traducción de Jesús Pardo. Anagrama. Barcelona, 1999. 204 páginas

Graham Swift sacudió el panorama literario inglés, a medidados de los 80, con la publicación de Waterworld (El país del agua; otras obras del autor que se pueden encontrar en castellano son Desde aquel día y últimos tragos), nominada para el Booker Prize y galardonada con premios de menor renombre (Guardian y Royal Society of Literature). Se trataba de la obra de un joven treintañero -Swift nació en Londres en 1949-, que mostraba una singular madurez narrativa. No es de extrañar que los lectores aguardaran con impaciencia una próxima entrega de quien para muchos representaba el joven autor más interesante del panorama literario británico. Esa nueva obra fue Fuera de este mundo (1988), que acaba de ser traducida a nuestro idioma. La reacción del público inglés no fue unánime. Mientras para algunos se trataba de la consolidación definitiva del autor, para otros la nueva novela no lograba acercarse a la intensidad dramática de El país del agua.

Resumir en tan sólo unas líneas el argumento de Fuera de este mundo no es tarea sencilla, máxime cuando no se trata de una historia, sino de dos, la de Harry Beech y su hija Sophie, aunque a la postre ambas discurren de forma paralela y convergen en un mismo punto. Harry fue fotógrafo de guerra en todas las contiendas desde la Segunda Guerra mundial, cuando desde los aviones fotografiaba las ciudades alemanas arrasadas por los bombarderos aliados. Después recorrió el mundo desde el Congo hasta Vietnam. Ahora, en 1982, a punto de casarse y siendo todavía fotógrafo, recuerda lo que ha sido su vida, en la que la muerte traumática de su padre, veterano de la Primera Guerra y fabricante de armas, marcó el punto de inflexión. Su padre murió en un atentado del IRA y cuando Harry vio el cuerpo destrozado de su progenitor, corrió en busca de su cámara ante la atenta mirada de su hija Sophie. Sophie vive ahora en Nueva York y hace diez años, desde "el tres de mayo de 1972", que no ha visto a su padre. El diván de su psicoanalista es un buen lugar donde descargar toda su angustia afectiva: "¿No ha oído hablar de Harry Beech? ¿El famoso Harry Beech? Porque ya no lo llamo ‘papá’. La última vez que le vi le llamé ‘Harry’, así, a la cara." Y este es el modelo estructural de la novela, continuas intervenciones intercaladas del padre y la hija exponiendo su visión personal, familiar y social del mundo hasta que ambos logran alcanzar la paz consigo mismos.

Fuera de este mundo no me ha interesado tanto como últimos tragos, la que considero su mejor obra; sin embargo, en ella encontramos al Swift más sutil de toda su producción. La primera impresión que recibe el lector es la de encontrarse ante una novela más dónde se analiza la compleja relación entre padres e hijos. Pero bajo esta primera capa, como si se tratase de una cebolla, vamos encontrando planteamientos verdaderamente interesantes. Así, nos encontramos ante una obra que, sin ser bélica, plantea inquietantes interrogantes respecto a la guerra y la historia. No podemos obviar la referencia al personaje de Harry, muy superior, desde un punto de vista narrativo, al de su hija Sophie, un tanto tediosa y mojigata. Mediante Harry podemos llegar a plantearnos cuál es nuestra visión del mundo, si somos meros espectadores que nos aproximamos a él poniendo una lente entre medio o preferimos hacerlo de forma descarnada, como las víctimas de las guerras... aunque la consecuencia directa sea el dolor.