Novela

El mundo en la era Varick

Andrés Ibáñez

26 diciembre, 1999 01:00

Siruela. Madrid, 1999. 600 páginas. 2.950 pesetas

El mundo en la era de Varick parece un ensayo de novelar la idea de que hay otros mundos pero están en éste. Para descubrirlos contamos con la imaginación

Con dos novelas en su haber, Andrés Ibáñez (Madrid, 1961), filólogo, músico y escritor, se destaca como inventor de mundos en obras de gran envergadura. Así se aprecia en los títulos de ambas, concebidas como representación del universo: La música del mundo (1995), que se acerca a las 500 páginas, y El mundo de la era de Varick, aún más extensa. En la primera se teje una densa trama con vistas a penetrar en el misterio del arte y la belleza. Diversas culturas y épocas, diferentes niveles de realidad y fantasía, mitos y leyendas antiguos y modernos y una poderosa imaginación secundada por vastos conocimientos (verdaderos e inventados) y por muchos siglos de literatura en el alma configuran los territorios literarios de estas novelas, espectaculares y emparentados entre sí. Aunque ya de entrada tengamos que señalar que bastantes límites se han rebasado en la segunda por falta de contención o de criterio más selectivo debido, quizá, a un desmedido empeño de totalidad que intenta abarcar el mundo. Pero el mundo no cabe en un libro. Aun así hay que reconocer la audacia y el mérito de quien se atreve a tanto, frente a tantos que ni siquiera apuestan por llenar el molde.

El mundo en la era de Varick parece un ensayo de novelar la idea de que hay otros mundos pero están en éste. Para descubrirlos contamos con la imaginación y la capacidad de soñar. Y en tal aventura resulta fructífero el saber buscar dentro de uno mismo. Así sucede en las historias de una historia que se cuenta en esta magna novela. Todo se dispara a partir de un fenómeno propio de la ciencia ficción: Varick empieza siendo un extraterrestre que da vueltas en su nave espacial alrededor de la tierra. Sus mensajes son recibidos en América por una médium a comienzos de los sesenta. Pronto se escriben tratados de "varickística". Surge la división entre partidarios de Varick en su misión salvadora y detractores de tal patraña. Se desarrolla una generación de "varibabies". Los más conspicuos son unos jóvenes hispanos que trabajan en el Spanish Theatre of Manhattan. Entre ellos están los principales personajes de esta novela cosmopolita que tiene como centro espacial Nueva York, la ciudad emblemática de este siglo que termina, con importantes situaciones localizadas en Madrid, Estambul y el imaginario planeta Demonia, al que sólo pueden acceder quienes son capaces de soñar. Porque Demonia es el planeta análogo de Terra y en ambos se desarrollan mundos paralelos que representan distintos niveles de realidad. De igual modo también hay varios planos en la composición de la novela, estructurada por medio de un sistema de narradores y paranarradores, con relatos intercalados que muestran otras tantas formas de novelar y el predominio del narrador omnisciente que abarca distintas esferas de la realidad material o imaginada, con vastos conocimientos de filosofía, esoterismo, música, danza y arte en general, y, por supuesto, de literatura, en serio y en broma, lo cual da lugar a reflexiones metanarrativas y a cruces como los de Yeauden y Audeats (Yeats y Auden) o Flaubac y Balzaert (Flaubert y Balzac), entre otros divertimentos.
Estamos ante una novela filosófica y de ciencia ficción, milenarista y con resonancias apocalípticas. Al final Varick resulta ser un gigantesco pez capturado en el índico. Con su muerte acaba la era de Varick, coincidiendo con la final del milenio y amenazas de cometas que se dirigen contra la tierra, maremotos y epidemia de peste roja. El entramado narrativo constituye un canto a la imaginación, a los sueños y al amor que sitúa la magia en nuestras vidas si somos capaces de mirar con tiempo para ver el planeta de los sueños. Lo cual se ilustra con fantasías naturalizadas en la realidad por medio de alucinógenos. No en vano entre aquellos jóvenes residentes en Nueva York sobresalen un obeso y obseso sexual entregado a la escritura de una novela inacabable y una bailarina que acaba aceptando su amor. Los dos, en pleno caos final, pueden ver el planeta de los sueños y luego embarcar en grupo con la sensación de que si un mundo se acaba otro empieza a partir de ahora.