Novela

De pesca

Walter Mosley

16 enero, 2000 01:00

Trad. Cecilia Ceriani y Txaro Santoro. Anagrama. Barcelona, 1999. 169 páginas, 1.900 pesetas

Es esta la novela de Walter Mosley con mayor preocupación por el componente espiritual y donde más se profundiza en la psicología de los personajes, en detrimento de la acción

Los seguidores de Ezekiel "Easy" Rawlins, como el propio presidente Clinton -quien en alguna ocasión se ha declarado admirador de Mosley y su investigador-, están de enhorabuena, ya que se acaba de publicar la sexta entrega de la saga, De pesca. Pero en esta novela no avanzamos, sino que retrocedemos. Me explico; hasta ahora habíamos visto a Easy viviendo en Los ángeles como un hombre maduro. El que ahora se nos presenta es Easy en su juventud, 19 años, viviendo en Houston, Texas, en 1939 (sospecho que la novela fue escrita con anterioridad a algunas de la serie, pero no puedo confirmar tal extremo). Me llama la atención comprobar en los créditos la publicación original en la Black Classic Press, 1997, una pequeña editorial que publica exclusivamente autores negros, en detrimento de la poderosa W. W. Norton, donde aparecieron todas sus obras anteriores, ocho años antes de El demonio vestido de azul, hasta ahora la primera de la serie, situada temporalmente en 1948, y la última, Un perro amarillo, en 1963. También encontramos a su inseparable amigo Raymond Alexander "Mouse" (Ratón) apunto de casarse con la hermosa EttaMae, antiguo "ligue" de Easy. Pero Mouse no tiene dinero y le pide a su amigo que lo lleve hasta Pariah, donde vive su padrastro, por quien no siente el menor afecto, para reclamarle el dinero que le corresponde tras la muerte de su madre. Easy acepta aun sabiendo que los problemas acompañan a Mouse como el humo a una hoguera y lo irremediable tiene que ocurrir: el viaje hasta Pariah está plagado de incidentes con las correspondientes dosis de violencia, fanáticos pastores, sexo, vudú... y el resto de componentes inherentes a cualquier trama negra, aunque en esta el número de cadáveres tal vez resulte un tanto exagerado. El viaje resulta ser un verdadero descenso a los infiernos aunque para Easy representará su iniciación en el mundo, el viaje hacia la vida: "íbamos en silencio mientras el sol llenaba la tierra de luz. Para mí era como si viera crecer el mundo y me sentía feliz de ir por aquella carretera."

De pesca se aleja de la tradicional estructuración de novela negra, en tanto en cuanto el misterio y más específicamente la resolución de un caso, por lo general asesinato, es el motor de la acción, y participa más de la caracterización de Bildungsroman o novela de crecimiento. Genéricamente se trata de una novela gótica, lo que algunos entenderán como la primera incursión de Mosley en lo que ha venido en denominarse "literatura seria" o "literatura de calidad" y en algunos de los diálogos parece que recordamos algunos ecos del mismísimo Faulkner de Sartoris o Luz de agosto. Sea como fuere, lo cierto es que nos encontramos ante la novela de Mosley con mayor preocupación por el componente espiritual, donde más se profundiza en la psicología de los personajes, tal vez en detrimento de la acción.

Temáticamente el libro ayuda a entender alguna de las reacciones de Easy en novelas posteriores y sobre todo la compleja relación (nunca terminé de entenderla) entre Easy y Mouse y también pone de manifiesto las complejas relaciones existentes entre blancos y negros en el Sur de los Estados Unidos: "Los pobres como yo no son más que un par de brazos para trabajar, si es que hay trabajo". Pero lo más interesante, además de las particularidades del viaje, es el estudio de la personalidad de Easy. Quien realmente busca a su padre no es Mouse, sino Easy. Lo busca en sus recuerdos, en su pasado, removiendo las más pesadas losas de la memoria... y lo encuentra. Es entonces cuando Easy logra liberarse de todas aquellas cadenas que lo atan a un destino predeterminado, cuando rompe con el fatalismo y determinismo de su vida: "Ya no podía seguir viviendo con aquellas gentes... Necesitaba un lugar en el que la vida fuera un poco más fácil y donde nadie me conociera. Sabía que, si conseguía estar solo, lo lograría. Toda aquella gente bailando alrededor, pasándolo bien, no eran más que un lastre, sin otro deseo que el de que yo siguiese siendo el pobre Easy de siempre, sin un centavo en el bolsillo ni un sueño en la cabeza."