Novela

El socialista sentimental

Francisco Umbral

20 febrero, 2000 01:00

Planeta. Barcelona, 2000. 200 páginas, 2.200 pesetas

La novela resulta ejemplar en su adecuación al propósito de historiar un nuevo episodio nacional con un estilo fluido, espontáneo, periodístico y apegado a la diaria realidad

Desde Los dioses de sí mismos (1989), de J. J. Armas Marcelo, y Muchos años después (1991), de J. A. Gabriel y Galán, que fueron pioneras en la revisión generacional de la historia española reciente, hasta la novela que estos días publica J. L. Cebrián, La agonía del dragón, abundan ya los proyectos literarios de abordar por vía novelesca los años de la transición política del franquismo a la democracia y del posterior desencanto con los gobiernos del PSOE en los años 80 y principios de los 90. Francisco Umbral ha dedicado una parte importante de su obra a construir una suerte de episodios nacionales de los tiempos de la dictadura desde la inmediata posguerra, con libros que han dado lugar a controversias por sus arriesgadas opiniones personales. Esta especie de episodios nacionales se extiende también a los años de la transición política y con El socialista sentimental se adentra de lleno en la decepción provocada en muchos militantes de base a finales de los 80 y comienzos de los 90 por la caída de altos cargos socialistas en la corrupción y el hambre de enriquecimiento y por la renuncia de los gobiernos del PSOE a practicar una política de izquierdas, atraídos por la seducción de una moderna Europa capitalista. De ahí el subtítulo de la obra de Umbral: Una novela sobre el desencanto político.

El desencanto se encarna aquí en dos personajes que marcan dos épocas en la historia socialista. Bustarviejo y Asís representan, respectivamente, al viejo militante histórico del socialismo y al nuevo miembro del partido algo extraviado entre tanta desorientación. Ambos viven en un pueblo serrano del noroeste de la provincia de Madrid. Aquél, aislado y preterido, como callado depositario de las viejas esencias del socialismo. éste, empleado de banca, casado y en chalet adosado, extinguido su matrimonio y muerto finalmete su viejo maestro, encuentra consuelo en brazos de la joven maestra defensora del ecologismo. Este final encierra un claro simbolismo. Bustarviejo muere el día en que el Partido Socialista pierde las elecciones de 1996. Con él se va una época de integridad y honradez, una forma de entender el socialismo. Asís, abandonado por su mujer, encuentra refugio en brazos de la joven maestra y en su modo natural de vida en armonía con la naturaleza. Atrás quedan algunos episodios de la actuación política de Asís y Susan en favor del Partido Socialista desde la célebre manifestación contra la OTAN y la victoria en las elecciones generales de 1982 hasta el apretado triunfo en las de 1993 y la "derrota dulce" en 1996, pasando por la huelga general del 14 de diciembre de 1988, la caída de Guerra, el escándalo de la corrupción, el destape de los GAL y el giro político del PSOE hacia la derecha, entre otros sucesos y fenómenos que configuran la historia de España en los últimos veinte años.

Con personajes reales en la historia reciente, más la invención de los principales, que también responden a modelos sociales y políticos verificables en estos años, Umbral ha construido una novela representativa de nuestro tiempo, sustentada en el resumen narrativo y en la elipsis combinados con escenas desarrolladas en ágiles diálogos cargados de la tensión de cada momento. Ello favorece el resumen de una historia conocida, saltando lo superfluo, para concentrar la atención en las situaciones más relevantes. Y así se configuran los dos planos de significación de la novela, con una dimensión colectiva que representa el histórico devenir de España bajo los gobiernos de F. González y otra dimensión individual centrada en las conflictivas relaciones de pareja del matrimonio protagonista en consonancia con el signo feminista de los nuevos tiempos. Umbral, que en tantas páginas ha dejado brillante muestra de su imaginación y creatividad verbales, ha escrito una novela ejemplar en su adecuación al propósito de historiar en un nuevo episodio nacional -algunos de Galdós son lectura habitual del narrador y protagonista- nuestro pasado reciente con un estilo fluido, espontáneo, periodístico y apegado a la diaria realidad.