Novela

Llovió todo el verano

Philippe Delerm

19 marzo, 2000 01:00

Traducción de Javier Albiñana Tusquets. 120 págs., 1.500 ptas.

Mitchell nos atrapa de tal forma que abandonar la lectura es imposible. No ecuerdo en la historia de la literatura americana ningún anti-héroe que alcance la dimensión heroica de Gould

En noviembre del año pasado se puso a la venta el libro Invierno en Grand Central de Lee Stringer, un sin techo neoyorquino que cuenta su vida en las calles. El volumen pasó desgraciadamente desapercibido para la crítica, aunque sin duda bien hubiera merecido alguna que otra reseña. Ahora acaba de aparecer otro libro de temática similar, El secreto de Joe Gould. Las diferencias entre uno y otro tienen que ver con la autoría, el primero es autobiográfico, en tanto que el segundo resulta ser la recopilación de dos artículos salidos de la pluma del reconocido periodista del "New York Times" Joseph Mitchell, fallecido hace cuatro años; también existen diferencias en cuanto al sujeto, pues Stringer, un hombre de color, no tuvo educación alguna, en tanto que Joe Gould era licenciado por Harvard.

Tal y como el propio autor de El secreto de Joe Gould explica, el primero de los artículos se publicó en "The New Yorker", con el título de "El profesor gaviota", el 12 de diciembre de 1942 y el segundo apareció en dos entregas, en la misma publicación, con el título de "El secreto de Joe Gould", el 19 y 26 de septiembre de 1964. A lo largo de su carrera periodística Mitchell se especializó en un tipo de periodismo literario de corte social. Su pluma retrató a todo un amplio elenco de variopintos "personajes" neoyorquinos cuya riqueza humana posibilitaba la narración literaria. Uno de estos fue Joe Gould, culto, universitario, descendiente de una de las familias con más rancio abolengo de Nueva Inglaterra, "Los Gould ya eran los Gould cuando los Cabot y los Lowell aún recogían almejas";... y ahora es un "sin techo" viviendo de la caridad en el Village neoyorquino, usando ropa de otros demasiado grande, comiendo mal y durmiendo donde buenamente puede y raramente con más de un dólar en el bolsillo. Pero en el caso de Joe no han sido exclusivamente las circunstancias o los vaivenes de la vida los responsables de su actual situación, sino que se trata de una decisión concienzudamente tomada, pues Joe quiere ser un bohemio y vivir como tal. A lo que Joe no ha renunciado es a su formación intelectual. Viviendo en el Village conoció a numerosos autores, como e.e. cummings y se dedicará a escribir la que será su magna obra póstuma, "la obra literaria inédita más larga en curso, aún lejos de ser acabada", su Historia oral de nuestro tiempo, donde recoge diálogos, acontecimientos y anécdotas a priori intrascendentes pero que "Tal vez... un día se leerá la Historia oral para saber que nos pasó a nosotros"; a fin de cuentas como ya había manifestado antes "lo que antes considerábamos historia es mera historia formal y en gran medida falsa. Por mi parte, o pongo por escrito la historia informal de los de a pie, lo que la gente tiene que decir sobre sus trabajos, amores, juergas... o me muero en el intento". Su historia no es una entelequia, pues algunos capítulos ya han sido publicados en revistas de prestigio, ni más ni menos que el Dial lo que constituye "el mayor triunfo de mi vida."

El secreto de Joe Gould es una de esas obras que nos atrapa de tal forma que abandonar la lectura resulta totalmente imposible. No recuerdo en toda la historia de la literatura norteamericana ningún antihéroe que logre alcanzar la dimensión heróica de Joe Gould. En ninguna de sus acciones pierde la dignidad, ni tan siquiera cuando es expulsado de alguna de las fiestas, a las que es gran aficionado, en las que se cuela; su dimensión ética y su compromiso consigo mismo -huiría despavorido si el presidente de la Chrystler le regalara su imperio- resulta envidiable para quienes nos encontramos amarrados por toda una serie de convencionalismos. Para el común de los mortales Gould puede resultar un rara avis, pero conforme lo vamos conociendo vemos que se trata de un buen conocedor del alma humana. Gould representa la antítesis del ideal americano, aún más, deja al descubierto las grandes carencias del sistema. Eso sí, cuando conocemos el secreto de Gould uno se pregunta, ¿no será el mismo secreto de Mitchell? A fin de cuentas en la obra vamos a encontrar el humor más genuino y desternillante que uno pueda imaginar.