Los ojos del tuareg
A. Vázquez-Figueroa
22 noviembre, 2000 01:00La pequeña familia que dejara el famoso Gazel Sayah padre, rechazada por su pueblo, busca un lugar aislado en el desierto donde vivir en paz. Excavar el pozo que asegure su supervivencia les cuesta titánicos esfuerzos, meses y la vida de un hermano. Seis años después un rally, organizado por europeos, que cruza áfrica desde Mauritania hasta Egipto, se topa con el pozo de nuestros felices tuaregs. Uno de los corredores, violando la hospitalidad tuareg, roba la preciosa y escasa agua y contamina el pozo, condenando a la muerte a la familia de Gazel Sayah. Los tuaregs secuestrarán a varios participantes en el rally y empezará una negociación que pondrá en evidencia la miseria de un montaje económico y la tragedia de una extinción: la de una forma de vida ancestral y unos valores nobles. La novela nace de una intención de denuncia, y abunda en diálogos en torno al cinismo de una sociedad occidental corrompida por el dinero. Chirría el detalle de que "el malo" sea pariente de Milosevic y decepciona la compasión final del, en principio, inflexible tuareg. Simpatizamos con el ataque a estos "deportes de aventura" para subnormales, pero no con la facilidad de Figueroa para el punto y aparte.