Si me necesitas llámame
RAYMOND CARVER
21 marzo, 2001 01:00Carver, probablemente el mejor autor norteamericano de relatos breves desde la muerte de Hemingway, logra convertir en héroes a personajes corrientes. Este libro supera cuanto conocíamos de él
Se sabía que Bukowski había dejado un legado inédito lo suficientemente extenso como para que durante años continúen apareciendo títulos con su firma. El primero de ellos fue El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco, y su albacea, John Martin, prepara una nueva entrega tal vez este mismo año. No ocurrió lo mismo con Raymond Carver, de quien se creía que había publicado en vida toda su producción literaria. Pero no fue así; póstumamente aparecieron cinco relatos, tres en su propia casa de Port Angeles y dos entre los papeles de la colección William Charvart de la Biblioteca de la Ohio State University. Los encontrados en su casa fueron publicados en la revista Squire y otro de ellos en Granta. Los cinco aparecen ahora en un solo volumen con el título genérico de Si me necesitas, llámame, como el último de los relatos.
Estas cinco historias -"Leña", "¿Qué queréis ver?", "Sueños", "Vándalos", "Si me necesitas, llámame"- se asemejan al resto de relatos aparecidos en Catedral o Tres rosas amarillas, y al mismo tiempo resultan totalmente novedosos, como si se reformularan algunas de las constantes narrativas -o tal vez temáticas- de Carver. Tal apreciación se potencia al preguntarnos sobre los motivos por los que el autor decidió no publicar en vida estos relatos. Nos movemos, obviamente, en el terreno de la más pura conjetura, pero bien pudiera ser debido a su marcado contenido autobiográfico por lo que Carver decidió no entregarlos a la imprenta.
"Leña" cuenta la historia de un escritor alcohólico a quien ha abandonado su mujer tras una cura de desintoxicación. "El vacío es el principio de todas las cosas", anota como inicio de la novela que piensa escribir, pero apenas si es capaz de hilvanar una nueva frase. En "¿Qué queréis ver?" es un matrimonio el que ha decidido separarse e iniciar una nueva vida. Los caseros de la casa donde viven les invitan a cenar la última noche. ¡Qué diferente de otras ocasiones, cuando se marchaban como delincuentes por la noche sin pagar el alquiler o dejando la vivienda totalmente destrozada! "Sueños" narra la tragedia de una mujer a la que abandona su marido, dejándole dos niños, que morirán en el incendio de la vivienda. "Vándalos" es el relato estructuralmente más complejo. Los recuerdos del primer marido de su esposa, un alcohólico, persiguen al protagonista de la historia provocando una cierta inseguridad. "Si me necesitas, llámame" vuelve a recrear el momento en que una pareja ha decidido separarse, convencidos de que por más que lo intenten su historia de amor ya se ha agotado.
En todos los relatos encontramos una serie de constantes que se repiten obsesivamente: el alcohol, la preocupación por los hijos, los matrimonios rotos, la pesada carga del pasado... aunque no se trata necesariamente de relatos dominados por el pesimismo y la angustia que caracterizaban anteriores entregas. Ahora la tragedia se ve sutilmente matizada por un larvado optimismo que se traduce en una visión tremendamente más positiva. Ahora sus personajes tienen una segunda oportunidad. El fatalismo determinista ha sido desterrado y el hombre es dueño de sus propias acciones. "Si me necesitas, llámame", uno de los relatos más hermosos que he leído en los últimos años recrea el aforismo "Elegir es rechazar", al que continuamente se ve abocado el hombre moderno. El matrimonio se separa, cada uno de ellos tiene un amante, pero ello ya no representa una tragedia, sino una nueva etapa en el difícil deambular de los personajes. Idéntica sensación nos alberga en la conclusión de "Leña", donde la catarsis física y espiritual se mimetizan, o "Vándalos", como ya se ha mencionado, de una complejidad estructural y psicológica y una resolución narrativa propias de un verdadero genio...
Carver, probablemente el mejor autor norteamericano de relatos breves desde la muerte de Hemingway, logra convertir en héroes a personajes corrientes y, lo que incluso resulta más difícil, dotar de una dimensión épica las acciones más vulgares y corrientes. Lo que nos cuenta son momentos cotidianos pero que tienen tal carga simbólica, tal poder evocativo, que trascienden los límites de lo normal y lógico. Recuerdo con verdadero deleite Catedral -tanto el relato como el volumen- pero creo que este nuevo Si me necesitas, llámame -tanto el relato como el volumen- supera cuanto conocíamos de Carver.