Novela

La espera

HA JIN

7 noviembre, 2001 01:00

Trad. Jordi Fibla. Tusquets, 2001. 338 págs, 2.500 ptas.

Lin Kong es un médico del ejército de la China popular y Manna Wu una joven enfermera. Ambos trabajan en el mismo hospital y sueñan con casarse, pero él ya tiene una esposa que se niega a concederle el divorcio. Se trata de una campesina, cuyos pies vendados y humildad simbolizan un pasado muy alejado del mundo de su marido, ávido lector de poesía y de los clásicos rusos. Sin el acuerdo de una de las partes, sólo queda esperar dieciocho años -el período establecido por la burocracia comunista- para conseguir la separación legal. Durante este tiempo, Manna se irá marchitando y Lin descubrirá que prefiere la tranquilidad a la pasión. Mientras tanto, el país va cambiando y el fervor de la revolución cultural desaparece bajo el empuje del capitalismo, que no eliminará del paisaje las hileras de condenados a muerte.

La espera se inscribe en la tradición de la gran novela realista. Al igual que Conrad o Nabokov, Ha Jin no escribe en su idioma natal, pero su inglés no está al servicio del estilo, sino de la narración. Su prosa tiene la sencillez de un poema, pero nunca se retuerce en busca del hallazgo verbal. El espíritu de Dickens impregna todo el relato. A diferencia de Clarín, Ha Jin muestra ternura hacia todos sus personajes. No hay crueldad en su mirada, sino esa melancolía del que percibe la vida como un proyecto malogrado. Encerrados en su sufrimiento, Lin y Manna se destruyen mutuamente, pero es la fatalidad y no el egoísmo lo que va erosionando sus vidas. No hay culpables. La vida es imperfecta y la literatura se limita a certificar este hecho. Ha Jin cierra su relato con la inminencia de la muerte que reunirá a todos los que la pasión había separado.