Mira si yo te querré
Luis Leante
3 mayo, 2007 02:00Luis Leante. Foto: L. A.
El escritor murciano Luis Leante tiene en su haber numerosos premios, aunque sus obras hayan sido publicadas, en general, por entidades de escasa difusión. El premio Alfaguara obtenido por Mira si yo te querré contribuirá, sin duda, a que este autor un tanto minoritario hasta ahora sea conocido por círculos más amplios de lectores. Mira si yo te querré -verso de una celebérrima canción de Las corsarias sobre la bandera española- posee los ingredientes necesarios para convertirse en novela de cierto éxito: es una novela de amor -o, más exactamente, de un amor truncado que acaba por marcar unas vidas- y también de aventuras, con viajes, desplazamientos, cambios de fortuna, secuestros, fugas y sufrimientos incesantes a lo largo de casi veinticinco años. La novedad -relativa- consiste en que parte de la historia se sitúa en el antiguo protectorado español de Marruecos en torno a 1975, con el fondo histórico de la muerte de Franco, la "marcha verde" y la formación del Frente Polisario. Se trata de hechos poco explorados por la narrativa española y que, además, adquieren sustantividad en el desa-rrollo de la novela, hasta el punto de relegar la historia de amor entre Montserrat y Santiago San Román a un estrato secundario. La descripción del mundo saharaui, con su desfile de personajes creíbles, es ajustada y hasta brillante, aunque en algunos momentos bordee el mero costumbrismo. Todo lo relativo a la vida de los legionarios se inscribe en una larga tradición en la que, más que las obras de autores españoles sobre temas africanos -Díaz Fernández, Sender, Lorenzo Silva-, parecen haber predominado modelos como los de P. C. Wren (Beau geste), que proporcionan a la historia de Mira si yo te querré componentes de intriga que la construcción del relato se encarga de subrayar.Porque, en efecto, la composición de Mira si yo te querré se basa en la analepsis. Cada parte de la historia arranca de un momento presente, esboza una situación para cuyo entendimiento cabal faltan datos, y poco a poco, mediante sucesivos saltos atrás, va descubriendo las claves necesarias. El uso reiterado de esta técnica compositiva no es ajeno a la literatura, claro está, pero su frecuencia en la obra de Leante hace pensar sobre todo en un recurso cinematográfico, al igual que ocurre con otros aspectos de la novela, que no sería sorprendente hallar pronto convertida en imágenes, porque contiene elementos, como la historia de amor convencional, el exotismo, la aventura y el misterio, que la hacen especialmente apta para pasar a la pantalla. Mira si yo te querré no es una gran novela: el viaje de Montse no está suficientemente justificado, en la historia de Santiago hay muchas inconsistencias, el final abrupto no responde a los esfuerzos y penalidades de la búsqueda... Pero es una novela digna, sin tópicos chirriantes, contada con un lenguaje que es simple instrumento, como delata el uso de ciertos clichés desgastados y previsibles: "Aquel rostro [...] "le llamó poderosamente la atención" (p. 22); "una [fotografía] que llamó poderosamente su atención" (p. 48); le llama poderosamente la atención el silencio..." (p. 305); "conoce el hospital como la palma de su mano" (p. 57). Fuera de esto, sólo hay levísimos descuidos, como el catalanismo "se giró" por "se volvió" (pp. 54, 103) o el uso de "presto" para denominar el apresto de una tela (p. 55).