Image: El laberinto de la rosa

Image: El laberinto de la rosa

Novela

El laberinto de la rosa

Titania Hardie

5 junio, 2008 02:00

Titania Hardie. Foto: Archivo

Trad. de Luisa Borovsky. Suma de Letras, 2008. 301 páginas, 18’50 euros

Titania Hardie (Sidney, Australia), graduada de Psicología y Literatura, es muy conocida en el mundo anglo como experta en esoterismo, tema sobre el que ha publicado varios libros. El laberinto de la rosa, su primera novela, es la apuesta de la editorial Suma de Letras, que no ha escatimado recursos a la hora de presentarnos una encuadernación que es todo un lujo.

Hasta donde la memoria alcanza, no han faltado en la historia del hombre quienes pretenden apoderarse de un supuesto poder oculto que les servirá para controlar las mentes y las almas de sus semejantes. Estudios muy serios han puesto sobre el tapete los manejos ocultistas, liderados por Himler, El Señor de la Muerte, tras los cuales se amparaba el nacionalsocialismo hitleriano, embarcado en la búsqueda de ese nada santo Grial que asienta sus bases en la superioridad de unos sobre otros, y en su novela, basándose en los manuscritos del místico victoriano John Dee, Hardie saca a relucir el tema de los "rapturistas", asunto en el que en la actualidad están involucradas personas de mucho poder económico y político.

Los personajes en los que se apoya -Will, Alex, Lucy, etc.- para que suceda lo que debe suceder, pueden resultar tópicos y demasiado dulzones, así como el lenguaje utilizado y ciertas zonas demasiado idílicas, pero esto no resta valor a lo que la autora desea resaltar: el monstruo de la destrucción está aquí todavía, agazapado, esperando su momento para lanzarnos el próximo zarpazo.

Entre los entresijos del laberinto también nos encontraremos con Giordano Bruno, achicharrado en el Campo di Fiore por decir su verdad y hasta con el mismísimo Shakesperare. En El laberinto de la rosa, además de información sobre algunos aspectos de la cábala y fragmentos de una época tal vez un poco más serena, en que los mortales podían codearse con los ángeles, hallaremos "un enigma por descifrar, un legado que desenterrar, un corazón por curar…"