Image: Snuff

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Novela

Snuff

Chuck Palahniuk

19 marzo, 2010 01:00

Chuck Palahniuk. Foto: Archivo

Traduc. Javier Calvo Perales. Mondadori, 2010. 208 páginas. 18'95 euros


Snuff es la última novela del autor de la trasgresión por antonomasia, Chuck Palahniuk (Portland, 1964), autor bien conocido en España, pues todas sus novelas desde El club de la lucha (1996) están traducidas a nuestro idioma. Y en Snuff volvemos a toparnos con un submundo próximo a la autodestrucción. Si en El club... conocimos a jóvenes que peleaban cada fin de semana hasta caer exhaustos y en Rant (2006) los "choquejuerguistas" se divertían colisionando coches, en Snuff la referencia es el sexo.

Cassie Wright fue una reputada actriz pornográfica que entonará su canto del cisne haciendo el amor con 600 hombres en una sola sesión, duplicando la mítica cifra de 251 establecida por Annabel Chong. El único requisito para los concursantes es entregar una certificación médica de no padecer enfermedades venéreas. Todo ello será filmado en la que previsiblemente será la más famosa película de cine pornográfico. Cassie es la protagonista, pero tres de los clientes-actores y Sheila, la coordinadora de este gigantesco gang-bang, son quienes narran y sustancian la trama. El Sr. 72, el Sr. 137, y el Sr. 600 esperan su turno, viendo escenas pornográficas de Cassie en las televisiones estratégicamente situadas, y cada uno de ellos irá desvelándonos pinceladas de su alma. El joven 72 es un idealista que pretende entregar a la actriz un ramo de flores; el 137, un actor de televisión venido a menos desde que se conoció su homosexualidad, y el Sr. 600, un viejo actor porno que inició su carrera con Cassie, intentará rememorar sus tiempos de gloria.

El esquema de la trama, tres hombres esperando, ralentiza la acción, pero además estos tres personajes resultan excesivamente estereotipados. Eso sí, la imaginación de Palahniuk, junto a su sentido del humor, propicia situaciones de lo más hilarantes. Pero la escena final del Sr. 600 copulando con Cassie mientras los enfermeros intentan reanimarle con descargas eléctricas, es una de las locuras más divertidas que nunca he leído. Aunque no me atrevería a afirmar que ese pasaje justifique el resto de la novela.