El niño que robó el caballo de Atila
Iván Repila
8 marzo, 2013 01:00Iván Repila
El lector no tiene más remedio que pensar que en la extraña historia hay una intención alegórica, aunque no quede clara. Los valores simbólicos de la caverna -variados y dispares, desde Platón hasta Freud-, el motivo literario del encierro en una cueva como castigo -así, el que precede a la muerte del mago en la novela del ciclo artúrico El baladro del sabio Merlín-, que llega hasta algunos juegos electrónicos de nuestros días, depositan sobre el texto multitud de caminos interpretativos diferentes. El mantenimiento de la historia ofrece un contraste entre el descarnado verismo general y algunos pasajes discordantes, como los argumentos discursivos del Pequeño en el capítulo 53, más propios de un adulto extremadamente razonador. Por otra parte, es tal vez un error introducir el dato de que, cuando aún faltan días para el desenlace, los rmanos han pasado ya dos meses y medio en la cueva (p. 109), ya que esto introduce un factor de inverosimilitud que choca con la veracidad de los componentes del relato; en las condiciones descritas, en efecto, los hermanos no podrían seguir vivos. Y los razonamientos del Pequeño dejan entrever interpretaciones simbólicas del encierro en la cueva sin decidirse por ninguna, como estas preguntas: "¿Los hombres deben vivir entre paredes sin puertas ni ventanas? ¿Hay algo más allá de esta vida mientras dura la vida?" (p.86). O bien, más categóricamente: "Este pozo es un útero, tú y yo estamos por nacer, nuestros gritos son los dolores de parto del mundo" (p. 87). El desenlace, con la inverosímil salida del Pequeño y la venganza aplazada, deja al lector un espacio para completar imaginativamente los orígenes y las causas de esta historia brumosa y terrible, no bien resuelta narrativamente, pero que da fe de un escritor con posibilidades que posee, además, una prosa de notable plasticidad, con una sola mácula: "El Grande enjuaga la sangre de su hermano" (p. 17) debió ser "enjuga", y mejor aún, "restaña".
Pero estas páginas proporcionan al autor un crédito indudable.