Image: Sacrificio

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Novela

Sacrificio

Román Piña

20 marzo, 2015 01:00

Román Piña

Salto de página, 2015. 120 páginas, 12'90€

De Román Piña (Palma, 1966) es obligado destacar, junto a su trayectoria de autor independiente (con títulos narrativos como Las ingles celestes, Gólgota y Viaje por las ramas), una cualidad sobresaliente: utiliza la ironía sin concesiones, y hace de ella un recurso que funciona como artificio eficaz a la hora de narrar, porque convierte las miserias de un trasfondo social y cultural como el de esta novela, titulada Sacrificio, en una hilarante epopeya burlesca sobre el todo vale con tal de lograr los fines que se persigan, incluso una broma macabra y perversa producto de un editor sin escrúpulos.

El tema ya estaba presente en sus escritos, como prueba su última publicación (en colaboración con Miguel Dalmau), el demoledor ensayo, La mala puta. Réquiem por la literatura española (2014), un discurso a dos voces sobre los hábitos de algunos escritores (son sus palabras) y modos de algunas editoriales. Y aunque lo de ahora es pura ficción, también aquí hace saltar al ruedo, con su sarcasmo habitual y una gran dosis de contundente escepticismo, lo que las editoriales pueden llegar a hacer, hoy, por la supervivencia del libro.

La empresa editorial de su historia, esculpida sobre mitos y referencias a la cultura clásica, resulta ser el codiciado proyecto de Raúl Palmer, un ex profesor de latín y griego (como el propio Piña), dispuesto, si hace falta, a comportarse como Teseo, "meterse en el laberinto del éxito, y cargarse al Minotauro": sacrificarlo todo, vamos, con tal de que "las naves griegas salgan hacia Troya".

Pero no delantemos acontecimientos ni nos detengamos en detalles argumentales, porque la nueva novela de Piña es un puro desafío a cualquier perversión y a toda previsión, lo que, bañado entre ingeniosas ocurrencias que se celebran con asombro, garantizará la diversión y el entretenimiento de quien la lea. Desde las cábalas a las que arrastra el título, sugerente modo de arquear la ceja frente al paradójico "sacrificio" hasta el que es necesario llegar para un fin tan loable como fabricar el libro que el lector demanda. Hasta el embrión del argumento, una excusa armada sobre una engañosa dispersión de motivos, por encima de los cuales se erige la peripecia central.

Pablo Noguera es el narrador, investigador privado con pasado de periodista, al borde de los 50 años, soltero, desencantado de todo, y gran lector. Ahora tiene que averiguar el paradero de un famoso deportista paralímpico, convertido en líder espiritual de chicas adolescentes. La búsqueda le conduce hasta Raúl Palmer, a quien conoció siete años atrás, por ser el editor del libro de memorias de ese inefable fenómeno mediático cuya identidad se va tejiendo a medida que el embrollo crece, y al que investiga sin éxito alguno.

Así se incorporan al relato temas como la creación de mitos y la caída de líderes, aderezado con recursos propios de la novela de intriga, a los que se suma también la estrategia de convertir la propia creación en sustancia narrativa. Y todo ello envuelto en la visión ácida y crítica de una ficción con carácter testimonial, hecha de recortes heterogéneos sobre los que se va forjando la realidad que perfila. Una realidad acertada en el fondo, divertida, cínica y lúcida en el ir y venir de las miserias del mundo del libro (como acierta a decir la contraportada) a las del mundo en general.