Rita Indiana. Foto: Archivo

La voz de Rita Indiana (Santo Domingo, 1977) resuena poética y transgresora; también atractiva y original. Como cantos de sirena, los libros de esta narradora que canta atrapan al lector desde las primeras líneas y lo atan a las páginas con una fuerza irresistible. Hecho en Saturno, su última entrega tras Papi (2011), Nombres y animales (2013) y la afamada La mucama de Omicunlé (2015), es una espléndida novela de lectura absorbente, clásica y moderna a la vez, como reza el texto de la cubierta. La obra, de estructura circular (empieza y termina en Cuba con una cegadora luz caribeña), recoge una historia de ascenso desde el infierno con llegada al paraíso por un camino no exento de trampas, algunas en forma de inverosimilitud.

En

Argenis Luna aterriza en el aeropuerto José Martí de La Habana donde lo espera el doctor Bengoa para ayudarle a desintoxicarse de su adicción a la heroína. Procede de Santo Domingo y es el hijo de José Alfredo Luna, un antiguo héroe de la guerrilla dominicana. Inicialmente se instala en La Pradera, una clínica para extranjeros ricos que tuvo como paciente al mismísimo Maradona, para continuar su convalecencia en un apartamento del centro de la capital. En la isla, Argenis toca fondo, lo que le permite renacer cual ave fénix y encontrar su camino en la vida. Allí conoce a personas como Susana, su verdadero amor; o a su entrañable vecino Vantroi, un travesti que lo recoge casi desahuciado y le muestra el valor de la amistad.

En Hecho en Saturno Indiana reflexiona sobre la vida en las ciudades caribeñas. La Habana se convierte en un personaje con vida propia que adquiere características humanas y sirve de fondo a la evolución de los protagonistas. Pero la autora no se queda en el presente sino que aborda la historia reciente de países como Cuba y República Dominicana al comparar la realidad de quienes hicieron la Revolución con la de sus hijos, una nueva generación de burgueses enriquecidos por el capitalismo que ha olvidado sus raíces culturales y que vive desnortada y llena de contradicciones. Por encima de todo, no obstante, en Hecho en Saturno Indiana consigue superar el localismo y universalizar el contenido al profundizar en su reflexión sobre los personajes.

La novela está llena de consideraciones sutiles sobre las relaciones familiares, el amor que no juzga o la condición humana, y muestra con sensibilidad unos sentimientos en ocasiones contradictorios. Además, abunda en referencias intertextuales -musicales, literarias y pictóricas-, entre las que destaca, a modo de leitmotiv, el cuadro de Goya Saturno devorando a su hijo, cuyo sentido cruel y pesimista ofrece importantes claves en la lectura de Hecho en Saturno. De estilo poético y de profundidad connotativa, la novela confirma el indudable interés de su autora.