Y el cómic se hizo mayor: 12 hitos en la evolución del noveno arte
De Astérix al boom de la novela gráfica para adultos, recorremos algunas de las obras que han contribuido a ensanchar los límites del arte de narrar con viñetas y bocadillos en los últimos 60 años
6 enero, 2020 07:51Astérix y Obélix han cumplido 60 años. Desde su primera aparición en 1959, los héroes galos creados por Goscinny y Uderzo triunfaron en el nicho de los cómics de aventuras para un público mayoritariamente infantil. A lo largo de las siguientes décadas, el noveno arte no ha dejado de evolucionar y diversificarse, con un sinfín de estilos, temas y tonos, a la par que iba conquistando a un público cada vez más adulto y ganándose a pulso el respeto del establishment cultural.
El cómic de autor francobelga, el cómix underground norteamericano, el auge de la ciencia-ficción a finales de los 70, las vueltas de tuerca en el cómic de superhéroes, el boom de la novela gráfica… Son muchos los factores, autores y obras que han marcado hitos en la historia del cómic en el último medio siglo —y eso sin tener en cuenta el manga japonés, todo un universo aparte—, imposibles de resumir en una lista con un puñado de títulos. A pesar de ello proponemos aquí una docena que sirven como invitación a la lectura y como ejemplos de lo mucho que ha evolucionado el arte de la narración con viñetas y bocadillos.
Astérix el galo (René Goscinny y Albert Uderzo, 1959)
La serie de historietas francesa más popular del mundo (Tintín es belga) nació hace 60 años en la revista Pilote, fundada por el propio Goscinny. Astérix, Obélix y el resto de irreductibles galos capaces de resistir a las tropas romanas de Julio César han conquistado el mundo entero, con sus aventuras para todos los públicos traducidas a decenas de idiomas y numerosas adaptaciones cinematográficas. La clave de su rápido éxito fue, además del atractivo estilo de dibujo de Uderzo, un humor con varias líneas de lectura tanto para niños como para adultos. Con motivo del 60.º aniversario, Salvat ha publicado en nuestro país ediciones de lujo de su primer álbum y de Astérix en Hispania. Además, los continuadores de la serie, J. Ferri y D. Conrad, les han asignado una nueva misión en La hija de Vercingétorix.
Corto Maltés (Hugo Pratt, 1967)
El italiano Hugo Pratt publicó en 1967 La balada del mar salado, donde apareció por primera vez su personaje más icónico, el archiconocido marino aventurero Corto Maltés, hijo de un marinero de Cornualles y una gitana de Sevilla. Con reminiscencias de las novelas de Conrad, Stevenson o Jack London y los cómics de aventuras de los años 30, Corto Maltés supuso un paso intermedio, tanto en el dibujo como en el tono, entre Astérix, dirigido a un público de todas las edades, y un cómic de aventuras más serio y adulto. La serie original consta de 12 títulos, aunque, al igual que ha ocurrido con los irreductibles galos de Goscinny y Uderzo, las aventuras de Corto han tenido continuidad desde 2015 a cargo de dos autores españoles de renombre: el guionista Juan Díaz Canales y el dibujante Rubén Pellejero.
Zap Comix (Robert Crumb, 1968-2005)
Zap Comix, la serie que compilaba periódicamente la obra de Robert Crumb, sentó las bases del cómic underground asociado a la contracultura juvenil de finales de los sesenta en Estados Unidos y convirtió a su creador en el máximo exponente del movimiento. En Zap Comix han vivido sus disparatadas y picantes aventuras personajes como Mr. Natural, un gurú de barba blanca que lanza proclamas contra el mundo moderno, y una versión autoparódica del propio R. Crumb. A raíz del éxito de los primeros números, Crumb invitó a participar a otros autores como Spain Rodriguez, Robert Williams y Rick Griffin. 17 números de la serie vieron la luz a lo largo de 46 años. Recientemente, La Cúpula, editorial que publica la obra de Crumb en España, editó el último de ellos.
La feria de los inmortales (Enki Bilal, 1980)
Volvemos a Europa. A finales de los 70 tuvo lugar el auge del cómic de fantasía y ciencia-ficción para adultos, y uno de sus mayores exponentes fue Enki Bilal con esta obra que inició su trilogía Nikopol (reeditada recientemente por Norma Editorial), en la que el autor de origen yugoslavo, afincado en París desde los diez años, plasmó sus inquietudes con respecto al porvenir de la humanidad. Una distopía futurista que continuó con La mujer trampa y Frío Ecuador, título que la revista francesa Lire eligió como el mejor libro de 1993. Dentro del mismo género y época cabe destacar a autores emblemáticos como Moebius (alias de Jean Giraud) y obras suyas como El garaje hermético o El Incal (esta última en colaboración con Alejandro Jodorowsky como guionista).
Maus (Art Spiegelman, 1986-1991)
Se trata quizá de la obra que más ha hecho por la respetabilidad del cómic. Art Spiegelman cuenta en ella la historia de su padre, un superviviente de un campo de concentración nazi, además de su compleja relación con él, todo ello con personajes antropomórficos —los judíos son ratones; los alemanes, gatos; y los polacos no judíos, cerdos—. Serializada entre 1986 y 1991 en RAW, la revista dirigida por el propio Spiegelman, Maus se convirtió en 1992 en la primera novela gráfica ganadora de un premio Pulitzer. Fue la obra que incitó a muchos autores a adentrarse por la senda del cómic autobiográfico e hizo que legiones de lectores adultos se acercasen por primera vez al mundo de las viñetas.
Watchmen (Alan Moore y Dave Gibbons, 1986-1987)
Mientras Spiegelman revolucionaba el cómic autobiográfico con Maus, el guionista Alan Moore y el dibujante Dave Gibbons hacían lo mismo con el hasta entonces manido género de los superhéroes, uno de los pilares de la industria del cómic norteamericano. A raíz de Watchmen —y del Batman: The Dark Knight Returns, de Frank Miller, publicado también en 1986—, las historias de vigilantes con mallas, capas y habilidades extraordinarias nunca volvieron a ser iguales. Se volvieron más sombrías, se vieron contaminadas por un pesimismo existencial y se desdibujó la frontera entre el bien y el mal. La editorial ECC acaba de publicar una edición en blanco y negro que hace destacar aun más el arte original de Dave Gibbons.
Palestina (Joe Sacco, 1993-1995)
Regresamos una vez más a este lado del Atlántico, y aún más allá, al otro extremo del Mediterráneo, de la mano de Joe Sacco, uno de los máximos exponentes del reporterismo en el mundo del cómic. En Palestina (Planeta Cómic), el autor retrata el conflicto palestinoisraelí a partir de sus experiencias y entrevistas realizadas durante los seis meses que pasó en Israel y la Franja de Gaza. En 2009 completó ese retrato del conflicto con la publicación de Notas al pie de Gaza (Reservoir Books), centrado en los sucesos de 1956. Otros autores, además de Sacco, han consolidado en los últimos años el género del cómic periodístico, como Guy Delisle, Rutu Modan o Sarah Glidden, y especialmente para explicar las complejas realidades de Oriente Próximo.
Ventiladores Clyde (Seth, 1998-2017)
Seth aparece en este punto de la lista como representante de una generación de maestros del cómic de autor norteamericano surgidos en los 80, como Chester Brown y Joe Matt (ambos radicados en Toronto, como él), Charles Burns, Daniel Clowes o Adrian Tomine. Seth se distingue por un estilo vintage —tanto en el dibujo como en las historias que cuenta, e incluso en la vestimenta y sus gustos personales— que bebe de las ilustraciones de la revista New Yorker de la primera mitad del siglo XX. Entre sus obras destacan George Sprott y esta Ventiladores Clyde que hemos seleccionado para nuestra lista, una obra llena de nostalgia que narra el declive progresivo de una empresa familiar de ventiladores y que el autor publicó de forma seriada a lo largo dos décadas. Drawn and Quarterly en el mercado norteamericano y Salamandra Graphic en España publicaron la colección integral en un solo tomo en 2019.
Blankets (Craig Thompson, 2003)
Con esta gran novela gráfica de 600 páginas, Craig Thompson logra una de las cumbres del cómic autobiográfico. Criado en la fe evangélica de manera estricta en la América profunda, el autor narra su infancia y adolescencia asediado por sentimientos de culpa y vergüenza a medida que crece y descubre la sexualidad. Una obra que reflexiona sobre la religión, el arte y el sexo y que cosechó importantes premios, así como el reconocimiento de la revista Time como una de las diez mejores novelas gráficas de todos los tiempos. La versión en español, a cargo de Astiberri, acumula ya siete ediciones.
Persépolis (Marjane Satrapi, 2003-2004)
La autora iraní Marjane Satrapi obtuvo un gran reconocimiento de público y crítica con Persépolis, la historia de su infancia en Irán y su adolescencia en Francia. Con una sugerente propuesta gráfica dominada por el blanco y negro y los trazos sencillos, Satrapi cuenta sus vivencias de niña durante la revolución islámica de los ayatolás, que recortó numerosas libertades e instauró el miedo entre la población más liberal, caso de su familia, y sus problemas posteriores para adaptarse a la vida francesa. Su éxito, ampliado por una versión cinematográfica premiada en Cannes, convirtió a Satrapi en una de las autoras francófonas más reconocidas. Siguiendo su estela destaca hoy la dibujante libanesa Zeina Abirached, autora de El piano oriental y la reciente Tomar refugio, realizada junto al escritor Mathias Énard.
Arrugas (Paco Roca, 2007)
El éxito enorme de Arrugas (Astiberri), de Paco Roca, puso de relieve el auge de la novela gráfica dentro de España, hizo que más lectores y con perfiles más variados se acercaran al cómic y provocó que los medios generalistas se ocuparan más a menudo del género en sus páginas culturales. Ganadora del Premio Nacional de Cómic 2008 y con adaptación cinematográfica, esta conmovedora historia centrada en las personas mayores y el Alzhéimer vendió decenas de miles de ejemplares en España y en otros países europeos, y permitió que Paco Roca, que hasta entonces se había trabajado sobre todo para el mercado francés, se convirtiera en una estrella del cómic dentro de nuestro país.
Jimmy Corrigan (Chris Ware, 1995-2000)
Decir “rey del cómic de autor” es decir Chris Ware, sobre todo gracias a Jimmy Corrigan, el chico más listo del mundo (Reservoir Books). Publicada originalmente de manera serializada desde 1995, la obra completa vio la luz en formato libro en 2000. Con tintes autobiográficos, numerosas líneas argumentales paralelas y saltos en el tiempo, cuenta la historia de Jimmy Corrigan, un hombre de mediana edad solitario y apocado pero con una abundante imaginación que le lleva a meterse en líos y situaciones incómodas. Años después, Ware publicó Fabricar historias, una exquisita rareza para amantes de los libros-objeto en tiempos de la hegemonía digital, y su trabajo más reciente es Rusty Brown, publicado hace apenas unos meses pero con visos ya de convertirse en un nuevo hito de la historia del cómic.