Por el amor de Ladis
Pedro M. Víllora
15 noviembre, 2000 01:00Descubrimos a un autor que maneja con habilidad la tensión propia del relato breve, cuidadoso hasta el extremo con los matices que retratan escenarios y personajes (como en "Te vencí"); capaz de intercalar introspección y reflexión entre los intersticios de cada trama ("Con miedo"), de cambiantes perspectivas, de sorprendentes, inesperados y rotundos finales. Pero de tono excesivamente afectado, efectista y retórico, lo que ensombrece esos valores y desajusta los méritos de un libro en conjunto poco logrado. Y no porque carezcan de interés sus temas y sus tramas; es el tratamiento excesivamente impostado el que resta veracidad a algunos de sus relatos. Otros como los titulados "Los niños del tren" o "La fiesta del niño solo", libres de imposturas y ampulosidades, de estilo intencionadamente transparente, fluido y preciso, enfocan la crueldad y la ternura, sobrecogen.se percibe la realidad desnuda, sin maquillajes que la retoquen. en esa recreación está el mejor estilo de este autor.