Image: El tiempo de mi vida

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Poesía

El tiempo de mi vida

Jesús López Pacheco

23 enero, 2003 01:00

Jesús López Pacheco. Foto: Archivo

Germania. Valencia, 2002. 200 páginas, 12’50 euros

A mediados de los 60, Jesús López Pacheco (1930-1997) era uno de los más destacados representantes del realismo crítico. Novelista y poeta, se dio a conocer en 1953, cuando con Dejad crecer este silencio obtuvo un accésit del Adonais.

Luego publicaría en la colección Colliure, dirigida por Castellet, y tendría problemas de censura. En 1956 participó en los primeros movimientos estudiantiles de oposición al franquismo. La crisis de la estética realista, en la segunda mitad de los 60, coincide con su marcha a Canadá. El exilio y el cambio de rumbo de la poesía española propician un desvanecimiento de su figura, que no es tenida en cuenta cuando se produce el revival de su generación. Sus dos últimos libros de poesía, Asilo poético (1992) y Ecólogas y urbanas (1996), muestra de su nueva etapa, carecen de resonancia. El tiempo de mi vida, amplia selección de toda su obra, trata de reivindicar su figura. No ayudará el prólogo marxistizante de César de Vicente Hernando, atenido en exceso a teorías conspiratorias.

La poesía social de Jesús López Pacheco ha envejecido mucho, como toda poesía en la que predominan las buenas intenciones. La mayor parte de la poesía de López Pacheco conserva un valor histórico, es testimonio de un tiempo y de un lugar, la España de Franco. Cuando leemos a López Pacheco recordamos a José Agustín Goytisolo, a ángel González, pero a lo que esos poetas tienen de menos personal, de más caedizo, de más ligado a una estética de época.

Tras más de veinte años de silencio poético, reaparece en 1992. Fiel a sus presupuestos marxistas, no renuncia a la poesía crítica, pero su censura va dirigida a la sociedad capitalista, al sueño americano. Intenta también una poesía más experimental. Pero López Pacheco sigue fiel a la poesía realista y comprometida. En "Historia de la poesía moderna" hace un repaso de los movimientos poéticos: "¿Qué fue de tanto ismo como hubo?/ ¡Cuán pronto se hizo antiguo el modernismo,/ se quedó sin futuro el futurismo,/se volvió misticismo el surrealismo...!/¡Y qué pronto arrojaron el cubismo/al cubo!" Todo pasó: la poesía pura, el simbolismo... "Tan solo se salvó lo que era vida,/lo que era humano:/la obra necesaria y trascendida/del hombre al hombre, en esperanza concebida/por los que siempre escriben por su mano". El lector sabe que no es verdad, que de buenas intenciones está el infierno lleno...

Poeta menor López Pacheco, meritoria figura del coro en una época en que la poesía quiso ser herramienta para transformar el mundo, pero que no lo fue más en otras épocas, aunque con frecuencia sí fuera menos poesía.