La poeta Raquel Lanseros en una imagen de archivo. Foto: Europa Press

La poeta Raquel Lanseros en una imagen de archivo. Foto: Europa Press

Poesía

'El sol y las otras estrellas': la fuerza cósmica del amor en la poesía de Raquel Lanseros

La poeta jerezana bebe en las fuentes de Dante, Goethe, Góngora y Quevedo para plasmar su visión del amor en versos de una gran originalidad.

7 julio, 2024 01:29

El lector lo recordará: Matria (2018), que fue Premio Nacional de la Crítica –uno más de los reconocimientos que han merecido las obras de Raquel Lanseros (Jerez de la Frontera, 1973)–, terminaba diciendo que el lenguaje “reencuentra el calor de su amada / por fin, la poesía”. Y ahora, del verso final de la Commedia de Dante, “l’amor che move il sole e l’altre stelle” –haciéndolo nada menos que fuerza cósmica, omnipotente–, esta poeta toma algunas de sus palabras para el título de su nuevo libro –que reaparecerán en el cierre–. Así, una vez más, una escritura en la que el amor tiene lugar preeminente.

El sol y las otras estrellas

Raquel Lanseros

Visor, 2024. 60 páginas. 12 €

Tan preeminente que somos su fruto, “Amor […] tú que nos has creado”, se lee en “Nuevo amor, nueva vida”, título que reproduce el de un poema de Goethe del que se copia también, ahora en alemán, el último verso, bien que sustituyendo el yo por nosotros, lo que da pie a señalar cómo Lanseros inserta en sus poemas frases en diferentes idiomas y es que, como se dice en “El secreto de los ángeles”, el Amor “habla todas las lenguas”.

Y si de reescritura se trata, “Desprendimiento” reproduce con abundantes y sustantivas alteraciones el soneto anónimo “No me mueve mi Dios para quererte”; cuando se pregunta si sus últimas palabras “¿Tendrán sentido o serán ceniza?” se transparenta el “serán ceniza, mas tendrán sentido” de Quevedo. En otro poema, “déjame en paz, amor tirano”, son palabras de Góngora o, en fin, “los cuervos negros de nunca jamás” se reconoce la sombra de Poe, de quien ha traducido sus poemas de amor, además de que no son pocos los textos que incluyen citas en epígrafes. Y es que Lanseros sabe que se escribe desde la tradición, pero, como dejó dicho T. S. Eliot, los poetas precedentes han de ser vistos en una simultaneidad y, dicho esto, hay que resaltar la originalidad de la escritura de esta poeta, de una fuerza nada común.

Fruto del amor somos, es “anfitrión permanente”, “Es el amor, soy yo / eres tú, son todas las criaturas”, criaturas que encuentran algunas personalizaciones como la madre –“Madre” reúne hasta 35 adjetivos para calificarla, desde “descomunal” a “imperceptible”, listado que juega con distintos tipos de letras de mayor a menor–, o los abuelos, proyectados en los amantes del mundo antiguo Píramo y Tisbe, en otras figuras, y no falta el amor unido al encuentro erótico de los cuerpos sin que la lengua enmudezca ante algunos términos explícitos que no disuenan en un conjunto expresivo.

Omnipotente, omnipresente el Amor y, sin embargo, un misterio que no encuentra explicación, de ahí que en “¿Por qué?” se sucedan una serie de preguntas hasta la final, “¿Por qué te quiero?”, y ahí queda la interrogación sin que se dé ningún tipo de respuesta. No importa: el yo de este libro está firme en su creencia, en su fe de Amor, y, como en el famoso soneto de Lope de Vega que concluye con “esto es amor”, en el que se encadenan definiciones, también Lanseros escribe numerosas en estos poemas como si tantas palabras supusieran que no hay palabras que pudieran expresarlo y solo, como en Lope, “quien lo probó lo sabe”.

“Ahora me encuentro aquí escribiendo estos versos […] que aspiran a la ceremonia de la gratitud”, y al leerlos no habrá lector que no celebre la ceremonia de la gratitud debida a Raquel Lanseros por haberlos escrito.

¿Por qué?

¿Por qué buscan la tierra los girasoles una vez maduros?
¿Por qué nunca acontece ese anunciado día llamado mañana?
¿Por qué no ha visto nadie
un sol desobediente salir por el oeste?
¿Por qué los hijos escuchan todavía
cuando los padres pronuncian ayer?
¿Por qué los pájaros se enamoran volando
de las ramas sobre las que posarse?
¿Por qué nunca se cansa el peso de caer?
¿Por qué te quiero así?

¿Por qué te quiero?